Alfredo Catanzaro propietario de una escribanía realizó una carta de lectores que fue enviada a este medio, para aclarar diversas situaciones tras estar involucrado en la venta ilegal de terrenos en Olavarría. Problemática que se desencadenó a principios de este año en la que hay más de una decena de involucrados. 

La carta completa: 

Atento las noticias que se han dado en medios locales y nacionales respecto de la estafa con la venta de terrenos en Olavarría, en las cuales se ha mencionado el nombre de mi escribanía, quiero aclarar lo siguiente:

- Es cierto que en mi escribanía se certificaron firmas en contratos privados de la persona mencionada como el vendedor de terrenos que no eran propios.

- La certificación de firmas es una de las tantas tareas que hace un escribano y no tenía ninguna razón para negarme a hacerla.

- Las certificaciones de firmas se hacen en distintos documentos, tales como contratos de transferencias de automóviles (08), contratos de alquileres de inmuebles, contratos de arrendamientos de campos, etc.

La tarea específica del escribano es certificar que las firmas estampadas en los contratos se hicieron en nuestra presencia y que corresponden a las personas que individualizamos expresamente.

 En el caso de los terrenos que mencionan las noticias, la escribanía no tuvo ninguna participación. Nosotros no vendemos terrenos, no hicimos los contratos, no recibimos dinero y tampoco nos solicitaron que hagamos ninguna escritura; consecuentemente, tampoco nos pidieron ningún tipo de asesoramiento. Simplemente vinieron a certificar sus firmas, pagaron por eso y se fueron.

Muy distinta es la situación, cuando el vendedor y el comprador vienen a la escribanía y nos encargan la realización de la escritura de la compraventa que están haciendo. Ahí sí, el escribano tiene que asesorar, pedir certificados, pedir deudas, hacer una cédula catastral y finalmente hacer la escritura que se inscribirá en el Registro de Propiedad.

Otra cuestión que quiero aclarar es que no fui a la audiencia de la Comisión del Concejo Deliberante por las siguientes razones: 1) No tengo la obligación de hacerlo; 2) La Comisión se atribuye facultades que no le corresponden y son exclusivas de la Justicia Penal; 3) Pienso que no están tratando el tema con la objetividad y la imparcialidad que corresponde. Creo que el Concejo Deliberante es un órgano político y los concejales hacen política y viven de ello; yo no hago política, no me gusta la exposición y vivo de mi trabajo.

Finalmente, quiero decir que la Justicia está trabajando en este tema y que yo estoy a disposición de la Justicia para colaborar en todo lo que pueda para el pronto esclarecimiento de estos hechos.

Alfredo Catanzaro

Notario