Dos académicos de la Universidad Nacional plantearon sus puntos de vista sobre el tema en el contexto del Día Internacional de la Felicidad, que se conmemoró el 20 de marzo en los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Manuel González Oscoy, profesor de la Facultad de Psicología (FP), citó la definición del zoólogo y etólogo inglés Desmond Morris, para quien la felicidad "es un súbito brote de placer que sentimos cuando algo mejora".

"Sabemos que es efímera, es transitoria. A partir de ahí es que cuando algo mejora en nuestra situación de vida, nos sentimos felices. Sin embargo, si esta mejora se mantiene, la felicidad desaparece y pasamos a un estado de bienestar", comentó.

Explicó que muchas veces esta circunstancia emocional está dada a partir de una comparación con nuestros iguales. "Hay diferentes etapas de la felicidad y todos las reproducimos. Así como se habla de que el desarrollo individual replica el desarrollo de la especie, a veces la felicidad está dada por la finalidad de alcanzar algo (una presa para comer, un refugio)".

En nuestra especie sigue la felicidad competitiva, que implica tratar de tener más o mejores recursos que los demás; y luego la cooperativa, donde nos damos cuenta de nuestros recursos individuales y que si nos juntamos con otras personas podemos alcanzar mejor lo que buscamos. "Hay una escalada de lo individual hacia lo social", afirmó.

Hay la que es sensual, basada en nuestros sentidos de supervivencia, entre ellos comer, beber y tener sexo; y luego viene una que es intelectual, sustentada más en conceptos, ideas e idealizaciones, que va hacia cuestiones más abstractas de razonamiento.

La última etapa es la integral, donde todo lo anterior se hace una unidad, y buscamos conceptos sobre felicidad existencial, social, política y económica, señaló el profesor de la FP.

"La felicidad existe, pero su medición no es objetiva, pues no podemos tener una unidad física de referencia; debemos usar analogías y simbolismos para representarla. Así, las hay muy concretas, muy biológicas; luego nos vamos ampliando en el desarrollo personal hasta que llegamos a aquella basada en cuestiones abstractas que nos hacen sentir bien, como un descubrimiento científico. Aquí entran conceptos como libertad, justicia, democracia y el mismo de felicidad", señaló.

Según González Oscoy, ésta debe tener un objetivo, es dinámica. Se va transformando y tiene que tener esta condición individual y social.