Esto nos obliga a tener una rutina de cuidados preventivos especial para evitar daños transitorios o permanentes en nuestros ojos.

El Colegio de Ópticos de la Provincia de Buenos Aires nos brinda algunos consejos para disfrutar del verano, el sol, la playa, el mar o la ciudad, sin descuidar nuestra salud visual. 

Si vas a nadar: usá antiparras para cuidar tus ojos del cloro y la sal. Tanto en piletas artificiales como en espacios acuáticos naturales pueden proliferar virus, bacterias y parásitos. Por eso, no abras los ojos debajo del agua. Tampoco es aconsejable usar lentes de contacto si vas a sumergirte, ya que en ellas pueden alojarse con mayor facilidad los microorganismos presentes en el agua.

La arena, el polvo o incluso algún insecto volador pueden ingresar en los ojos: no uses agua corriente, mejor utilizá solución fisiológica estéril para limpiarlos. Si la molestia aún persiste, consultá con tu oftalmólogo.

Comprá siempre tus lentes en ópticas habilitadas. Sólo así te asegurás de que los anteojos que adquirís sean adecuados para tus necesidades, que sean seguros y cuenten con los filtros necesarios para proteger tu salud visual. Consultá con tu óptico cuales son los mejores anteojos de sol para vos.

El sol quema la retina, por eso: nunca mires al sol, ni siquiera con anteojos. Evitá exponerte a él por largos períodos de tiempo y nunca lo hagas sin anteojos. Recordá que aunque no brille el sol, la radiación ultravioleta está presente: mantené los cuidados también en los días nublados.