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En los últimos años Ian McEwan se ha convertido en uno de los autores ingleses más prolíficos. Sus libros nos permiten reflexionar acerca de las cuestiones humanas para mostrar aquello sentimientos que se esconden profundamente. Si bien en la mayor de sus obras la moral de sus personajes juegan un papel preponderante en su nueva novela se propone indagar en la política desde un punto de vista sorprendente.

Jim Sams se despierta en su cama de la habitación que ocupa en el número 10 de Downing Street y se siente distinto. Cuando repasa poco a poco sus sentidos nota que ha dejado de tener las 6 patas y el cuerpo protegido por una caparazón suave para vivir dentro de otro que parece bastante carnoso y que posee cuatro miembros. Al principio le cuesta tomar el control de sí mismo pero luego comienza a poder hacerse cargo de los músculos y las extremidades. Cuando gira la cabeza de a poco puede observar todo el lugar. De pronto una puerta se abre y lo obliga a levantarse rapidamente. Como Primer Ministro de Inglaterra debe debe arreglarse y desayunar antes de las reuniones que tiene pautadas durante el día. Hay un tema que debe resolver urgente. El pueblo espera que tome medidas extremas para que la situación económica no se desmadre. El Primer Ministro tiene un plan que puede resultar pero para eso debe ocuparse de algunas cuestiones tales como desarmar la oposición en el Parlamento, descubrir a quienes quieren traicionarlo y contar con el apoyo de otros líderes políticos. Su proyecto podrían ser desmesurado, delirante quizás, para él está seguro que dando vuelta el flujo del dinero en el país. De esta forma los trabajadores pagarían por sus trabajos y los comercios regalarían sus productos y además pagarían por ello. Los llamados "reversionistas", encabezados por el Primer Ministro, buscan aliados y sostenes políticos internacionales y esperan el momento de votar. Aunque Jim Sams tiene un plan secreto que no revelará hasta el final.

En "La cucaracha", Mc Ewan se vuelve mordaz y satírico, con un humor inteligente y culto, resignificando "La metamorfosis". El clásico de Kafka le permite plasmar una historia actual donde las acciones y los protagonistas son lo suficientemente reales. Si bien el autor remarca que su relato es ficción uno no puede dejar de ver cierto guiño para el lector. Acostumbyrados como nos tiene con sus profundos debates acerca de la moral de las personas, está vez se mete de lleno en la ética con una metáfora donde compara politicos con insectos. El resultado es una novela corta pero certera, divertida y bastante más real de lo que nos gustaría.