Santa Teresa de Portugal, San Alberto Chmielowski, San Antidio de Besançon, San Avito de Orleáns, San Gondulfo de Bourges, San Herveo, San Himerio de Amelia, San Hipacio de Bitinia, San Isauro, San Pedro Da y San Raniero de Pisa.

2 Co. 11,1-11; Mt. 6,7-15.

"Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración... La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús no solo con tus labios, sino con tu corazón. En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle solo con el corazón". (Padre Pío de Pietrelcina)