El Museo Municipal Hermanos Emiliozzi cuenta la historia de los hermanos Dante y Torcuato, genios del volante y la mecánica, quienes escribieron las páginas más gloriosas del automovilismo argentino durante la década del 60. El espacio municipal, que se inauguró en 2013, es un museo de sitio, ya que ahí funcionaba el taller de estos próceres de Olavarría, una dupla que dominó las carreras del Turismo Carretera durante la década del 60 del siglo pasado.

Dentro de su historia, en el año 2005 el Municipio compró el edificio donde funcionó el taller. El 19 de octubre de 2013, en ese mismo edificio, el entonces intendente José Eseverri inauguró el Museo Municipal Hermanos Emiliozzi. De esta manera, el taller de la calle Necochea de los "Gringos", se transformó en un Museo de Sitio, que honra la historia de trabajo de los mayores embajadores deportivos de la ciudad.

En este sentido, Ezequiel Galli valoró que "la intención de este Museo -que siempre destacamos como uno de los hitos de la gestión de José Eseverri- es haber rescatado y haber recuperado este lugar donde 'Los Gringos' acompañados por tantos vecinos, arreglaban los autos, hacían las piezas del motor hasta largas horas de la noche, con tantas historias y tantos campeonatos que pasaron por acá adentro".

Dentro de los objetivos del Museo Municipal, se encuentran honrar la trayectoria de Dante y Torcuato Emiliozzi, dos deportistas olavarrienses que llevaron la impronta de nuestra ciudad por todo el país; conservar la memoria colectiva acerca de cómo se construye la historia local; promover actividades educativas utilizando el Museo como un espacio para la divulgación de la cultura y transmitir a los jóvenes el legado de los Hermanos Emiliozzi: invención, pasión, incontables horas de trabajo y esfuerzo, más su proverbial humildad y hombría de bien.

Desde la inauguración del Museo, la propuesta ha llegado a la comunidad a través de diferentes muestras relacionadas con el deporte motor. Autos antiguos y clásicos de coleccionistas particulares, motos, autos de competición, películas, homenajes a la mujer en el automovilismo, encuentro de clubes de autos, homenaje a la Escudería Emiliozzi, exposición de juguetes antiguos, muestra de aeromodelismo, distintas actividades con Bomberos Voluntarios de Olavarría y actividades con las Escuelas Técnicas, han sido algunas de las muestras realizadas en el Museo, que depende de la Subsecretaría de Cultura de Olavarría.

Más de 120.000 personas han visitado el Museo. Visitantes que llegan de distintos lugares del país y pertenecen a esa gran hinchada que sembraron los Gringos al pasar con su Galera a máxima velocidad por las rutas de nuestra Argentina. Algunos los vieron correr, a otros sus padres les contaron. Todos se emocionan al ver la "Galera" como la pieza principal del Museo, se admiran con el motor revolucionario válvulas a la cabeza y la historia se transforma en leyenda: la leyenda de los "Gringos" de Olavarría.

El "Santuario"

Los Emiliozzi fueron cuatro veces campeones del Turismo Carretera, marcaron un récord al superar 200 km/h en una carrera y ganaron unas mil copas. Muchos de estos trofeos están exhibidos en las vitrinas de este particular museo en el que la atracción principal es el icónico auto que los llevó a la fama.

En este "Santuario Tuerca", como solían llamar a este espacio, hay pantallas táctiles donde se puede leer la historia de los Emiliozzi, hay más de 400 fotos, algunas ampliadas a enormes gigantografías en las que se los ve en distintas etapas de su exitosa carrera. Hay videos y audios, en los que se puede escuchar el rugir de la Galera con auriculares personales. Hay vitrinas con trofeos, cuadros, cascos y hasta un maniquí vestido con el guardapolvo de trabajo de Tito Emiliozzi, entre otros objetos personales de los hermanos. Y hay, también, una línea de tiempo que grafica la historia de la dupla.

En sus tiempos de gloria "El Santuario" solía estar abierto a los fanáticos que querían verlos trabajar. Hoy, esa fosa donde trabajaban se mantiene intacta, con el torno y las demás herramientas alrededor, igual que en aquella época, cuando una soga separaba a los ídolos de su hinchada, que se amontonaban para verlos en acción dentro de ese espacio.

La "Galera"

La "Galera" es el apodo de la cupé Ford modelo 1939 con la que debutaron los Emiliozzi en la Vuelta de Mar y Sierras del 23 de abril de 1950, y los acompañó durante 16 años hasta la carrera del 26 de junio de 1966 en Hughes.

Esta leyenda viviente del TC estuvo primero pintada en dos tonos de celeste; a partir de la Vuelta de Chacabuco para no Ganadores de 1953 fue roja, con la leyenda de "Mundo Deportivo"; llevó los colores blanco y negro de Ford Armando a partir del Gran Premio de La Lealtad de1953; y en la Vuelta de Santa Fe de 1964, apareció con el rojo y azul del nuevo patrocinador ATMA, colores que conservó hasta su última carrera, tal como la vemos hoy. Curiosamente ganó esas tres competencias. Corrió con tres motores distintos y con los tres triunfó: desde 1950 hasta 1955, con el revolucionario "Válvulas a la Cabeza"; desde 1956 a 1965, con el Ford 59 AB; y luego con el F-100 hasta su retiro de las rutas.

Los Emiliozzi

Los hermanos Emiliozzi debutaron en el Turismo Carretera de las inolvidables cupecitas en la "Mar y Sierras" del 23 de abril de 1950, y fueron protagonistas de la categoría en las décadas del 50 y 60. Corrieron 183 competencias y obtuvieron 43 primeros puestos, que incluye un triunfo como Premio Especial instituido dentro del Gran Premio Dos Océanos y sobre el recorrido tradicional de la carrera "Mar y Sierras"; 27 segundos puestos, 11 terceros, 7 cuartos, 6 quintos puestos y el resto fueron posiciones menores o abandonos.

Ganaron cuatro títulos consecutivos de campeón, desde 1962 al 1965, y uno de subcampeón en 1969. Fueron los primeros en superar la barrera de los 200 km/h en la Vuelta de Necochea de 1963 y también los primeros en superar los 200 km/h sobre circuito mixto (de asfalto y tierra) en Firmat, en 1966. En el Gran Premio Argentino 1965 ganaron 4 etapas consecutivas. Dante, que había nacido en 1916, falleció en 1989; Tito que era de 1912, falleció en 1999. Ambos eran porteños pero murieron en Olavarría, su patria por adopción.