Muchos expertos coinciden en que repetir un mismo hábito o rutina durante un periodo de tiempo que oscile entre los 21 y 28 días sería suficiente para adoptarlo en nuestro día a día y dejar de fumar.

La clave del éxito está en trabajar en la fuerza de voluntad y ser capaz de resistir el impulso de fumar. Quienes lo pueden experimentar verán estos cambios en sus organismos: A las pocas horas de dejar el tabaco, aumenta el oxígeno en el cuerpo y disminuye el dióxido de carbono.

En solo 24 horas disminuye la mucosidad acumulada.

En solo 2 días, se normalizarán los sentidos del olfato y del gusto. Se puede sentir algo de ansiedad, ya que comienza con más fuerza el síndrome de abstinencia.

En 3 días te sentirás con mucha más energía porque el cuerpo ha eliminado la mayor parte de nicotina y los bronquios comienzan a funcionar bien. Puede que estés más irritable y tengas ganas de fumar.

En dos semanas se controla con mayor notoriedad los episodios de abstinencia. Y además podrás hacer deporte con mayor rendimiento.

En unos seis meses, la tos desaparece, disminuyendo la frecuencia de infecciones respiratorias en las vías aéreas superiores (fosas nasales, boca, laringe, faringe, glotis y epiglotis).

En un año, el riesgo de tener un infarto se reduce a la mitad.

En 10 años, la posibilidad de tener cáncer de pulmón se reduce a la mitad.

En 15 años, el riesgo de un paro cardiaco será igual al de una persona no fumadora y los pulmones están totalmente restablecidos.

Prevención y tratamiento

Las medidas más efectivas para evitar el inicio del consumo de tabaco incluyen el aumento del precio de los cigarrillos, la prohibición de venta a personas menores de edad, la prohibición completa de la publicidad y patrocinio de los productos del tabaco, y la implementación de los ambientes cerrados 100% libres de humo que ayudan a desnaturalizar el consumo.

Un escaso número de fumadores logra dejar de fumar por sus propios medios, cuando ha tomado la decisión. Si esto no es posible, la consulta con un profesional de la salud mejora ampliamente la probabilidad de dejar de fumar. Éste puede ofrecer terapia cognitivo-conductual con o sin medicación.

Si bien algunas medicaciones se venden sin receta, NO se recomienda el tratamiento aislado sin el apoyo profesional ya que el mismo normalmente no funciona tan bien como cuando existe un apoyo profesional asociado.

El Ministerio de Salud cuenta con una línea gratuita para dejar de fumar: 0800-999-3040. en la cual personal capacitado ayuda a los fumadores en el proceso para dejar de fumar.