Del campo a la góndola sin escalas
Hace 28 años que los hermanos Camio le venden carne al supermercado Acuario de Benito Juárez con la marca "A puro campo", y hace 11 años también lo proveen de cerdo, a partir de la producción de su criadero ("A puro campo cerdos").
A esta apuesta llegaron luego de vender las vacas de su establecimiento en distintas carnicerías locales, hasta que entendieron que podían poner todos los esfuerzos en el desarrollo de un sistema de crianza, que les permitiera garantizar la llegada al mostrador con un producto diferenciado y que mantuviera en forma constante su terneza, sabor y color.
En 1994, Juan advirtió que el supermercado Acuario, propiedad de un vecino juarense, tenía un punto débil: "Vimos que podía lograr un precio conveniente en materia de carnes, pero no garantizar igual calidad en forma continua", analizó.
Entonces le propusieron convertirse en los únicos abastecedores de carnes. La propuesta dio resultado y han logrado una relación donde ambas partes se benefician con las ventajas que otorga el sistema.
"Nosotros mantenemos la misma calidad durante todo el año. El consumidor sabe que la calidad y el origen siempre son los mismos. Y eso es lo que hace un producto distinto, ya que con la carne las familias quieren tener la seguridad de que siempre sea igual", aseguró.
Uno de los secretos de este posicionamiento, afirmó Juan, es el control exhaustivo sobre la producción, que luego pasará a la góndola. Por este motivo, vigilan con especial celo el proceso que sigue el animal desde el nacimiento hasta la faena, para evitar que se estrese, lo que impacta negativamente en la calidad de la carne.
"Comenzamos con la faena de 15 animales entregados con carrito o con camión. Aprendimos que la distribución no era un tema menor sino todo un desafío logístico. Pero lográbamos entregar muy buena mercadería terminada a pasto, a pesar de que significaba un gran esfuerzo. No era fácil cumplir con el abastecimiento semanal con las condiciones tan cambiantes de la producción forrajera. Así que luego implementamos un corral para la terminación a grano y conseguimos una calidad constante. Llegamos a faenar hasta 100 animales por mes para la carnicería, ahora nos estabilizamos en los 60 a 80 animales", afirmó.
Como mensaje, dijo que los productores ganaderos deberían "explorar más la parte comercial. Insisto en el tema de vender carne y no kilos vivos; en tratar de diferenciar de alguna manera nuestra producción, ya que es una forma de darle valor agregado".