"Lo que me interesa es que lo conozca el pueblo, porque como usurparon ahí pueden usurpar en cualquier lugar", refirió con preocupación Oscar Irigoyemborde, uno de los propietarios del predio donde hasta hace pocos años funcionó el Centro de Equitación de Olavarría (CEDO), que fue una de las principales instituciones que promovió el desarrollo de este deporte y cuyos jinetes y amazonas cruzaron las fronteras de la ciudad y el país con destacadas presentaciones.

A pesar de que el CEDO cerró sus puertas tras varias décadas de trabajo ininterrumpido, en el predio de 4 hectáreas ubicado en Lavalle y calle 126 quedaban todavía las estructuras que se usaban para los entrenamientos de los animales y las competencias. Entre ellas había dos casas "precarias", que de acuerdo con la denuncia que fue radicada en noviembre pasado en la comisaría Primera fueron usurpadas por varias familias.

"Había ido hacía un tiempo y no había nadie, fui a mirar un poco y recordar porque he pasado parte de mi vida ahí", recordó con nostalgia Irigoyemborde, cuya vida y la de su familia está cruzada por la equitación. Inclusive su hijo, Marcelo Irigoyemborde, entrenó durante muchos años en el CEDO y aún hoy se dedica con gran éxito a este deporte.

Los primeros indicios de que habían ingresado a usurpar el lugar fue en febrero pasado, antes de la pandemia, cuando no había actividad en el predio. En ese momento "había una señora con una nena en una de las casitas que hay ahí. Son dos casas precarias, con problemas de techos", entre otras fallas estructurales.

Oscar relató que ese momento "llamé a la policía, vinieron 4 ó 5 móviles. La chica me pidió que la deje hasta el otro día, pero yo le dije que no porque después no sabía si iban a ir más. La policía me dijo: ''Váyase tranquilo que nosotros la sacamos'', pero siguieron ahí". En ese momento se acercó hasta el Comando de Patrullas Olavarría, cuyo personal había ido al predio del CEDO poco antes, para realizar el reclamo, pero "me dijeron que habían cambiado de turno, no me hicieron caso".

En marzo llegó la pandemia del Covid-19, e Irigoyemborde explicó que no volvió a ir a este sector recién hasta noviembre pasado, por lo que desconocía lo que había sucedido con las personas que encontró ahí en febrero. "Dejé pasar un tiempo y después hice la denuncia porque hay como 4 ó 5 familias instaladas, e inclusive están edificando", refirió sobre la denuncia radicada en la sede de la comisaría Primera.

"Hice la denuncia y la policía me decía que vaya a ver, pero le pregunté si me acompañaba, y me dijo que no correspondía. Yo solo no voy, no sabés lo que te puede pasar, si es gente que necesita vivienda y realmente fueron ahí porque la necesitan y quieren que lo ayude la Municipalidad, o son tránsfugas; pero si están edificando es que son tránsfugas", explicó con enojo a EL POPULAR.

"Nadie se hace cargo"

"Todos los socios están en conocimiento de la situación", refirió Irigoyemborde sobre los demás dueños que adquirieron estos lotes junto con él en el año 1987. Precisamente este grupo de socios, impulsores del CEDO, tiene como objetivo ahora vender las 4 hectáreas, pero la usurpación que sufren actualmente es un grave impedimento para avanzar con el negocio inmobiliario, que estaría ya avanzado.

Justamente en la denuncia radicada en noviembre pasado se refiere "que mismo radica la presente para que en lo posible retiren a los moradores del lugar, ya que dicho predio se encuentra para la venta y entorpece la situación". Para avanzar en las gestiones mientras tanto Irigoyemborde se asesoró con personal del Ejecutivo Municipal, quienes le indicaron que por ser un predio privado, dado que ya no es un ente deportivo, el Municipio no puede intervenir.

Claramente para lograr que el predio, que tenía el parque preparado para el entrenamiento y cuenta una importante arboleda, sea desocupado se debe esperar a una resolución de la Justicia, pero desde que radicó la denuncia hasta ahora no ha sido citado o notificado por la fiscalía. "Me extraña que la justicia a mí tampoco me llamó todavía", manifestó con preocupación.

"Cuando pasé después de hacer la denuncia vi varios autos, pero no me animé a parar porque no sé quiénes son. Un vecino me dijo ''tomaron la luz de ustedes'', fui a la Cooperativa eléctrica y me dijeron que salía más caro desconectarlo que seguir pagando. Lo que me llamó la atención es que están construyendo en otros sectores, capaz es una casa o capaz que te hacen 10 casas", refirió con desconcierto sobre la falta de respuestas ante el pedido de desalojo.

En cuanto a los otros servicios indicó que en el predio había una bomba de agua, pero, tal como expuso en la denuncia, la misma fue robada, aunque desconoce en qué momento. Lo mismo pasó con 15 boxes de cemento que estaban armados en el lugar y eran utilizados para los caballos, que fueron desarmados y robados.

"Nadie se hace cargo de nada", cerró la entrevista con enojo Irigoyemborde, quien no fue más al predio porque desconoce con lo que se va a encontrar, y espera con ansiedad que la Justicia le dé una pronta respuesta para recuperar las instalaciones de lo que por años fue el Centro de Equitación de Olavarría.