En medio de las actividades, Ariel Araujo evaluó la desarrollado en la ciudad. Terminó con buenas sensaciones tras observar a los deportistas locales, pero también se refirió al patín carrera dentro de los distintos niveles de competencia: desde lo inicial hasta la actualidad de la selección argentina.

¿Cómo fue el desarrollo de la clínica?

-Hicimos dos clínicas, una a la mañana en donde trabajamos en los niveles más avanzados y los chicos vienen con un desarrollo de habilidades motoras muy buenas, trabajan muy bien la técnica y por eso la idea es pulir algunas cosas y empezar a trabajar en forma más específica con cosas que son del deporte, como doblar fuerte en la curva.

Pero me quedé sorprendido porque son tres clubes que se unieron y que están trabajando en conjunto. Están con un proceso muy fuerte a nivel regional, y estoy muy conforme. Además los chicos se quedaron contentos y con los profesores nos pusimos de acuerdo en los pasos a seguir con la idea de pasar a los niveles siguientes, y debemos pensar que puedan pasar a un nivel federado para competir y proyectar el deporte a un mejor nivel.

Y la clínica de la tarde tuvo que ver con la iniciación deportiva, y el desarrollo de los ejercicios básicos para aprender a patinar. Los profesores eso lo tienen claro, con lo cual llevamos a cabo algunos ejercicios, y la verdad es que el deporte en Olavarría viene creciendo muy fuerte. Empezaron hace dos o tres años, y hoy no veo diferencias con otras federaciones o asociaciones que están en todo el país.

-Y el fin de semana también tuvo un torneo para completar lo que se trabajó...

-Vienen chicos de otras ciudades. Es muy bueno que se puedan probar, y seguir trabajando con la idea de contar con un intercambio con otros clubes. De esa forma van a entender más rápido lo que es la competencia en sí, lo que los va a ayudar a desarrollarse mejor en el deporte.

¿Cómo tomás la posibilidad de brindar tus conocimientos a través de las clínicas?

-Uno siempre aprende, y los que más te enseñan son los chicos. Uno se perfecciona, hace capacitaciones y toma otros deportes y los trae al patín para poder transferirlos. Entonces, cuando uno ve que los chicos avanzan se genera un compromiso mayor y siempre se trata de dar lo mejor.

Además, trabajar con profes está muy bueno porque uno pone criterios en común y comienza a contar con los mismos objetivos. Hay que seguir porque hay mucho por hacer, y eso es lo divertido: si estuviese todo hecho, no sería así.

-¿Cómo es la proyección del patín carrera en la Argentina?

-Como todo deporte amateur en la Argentina, mucho parte de la propia voluntad de los chicos; de los padres que los apoyan y de los entrenadores que trabajan para que todos vaya para adelante. Es un deporte hermoso, donde se siente la velocidad y entonces el que se pone un par de patines busca repetir esa experiencia más allá del nivel en el cual lo hace.

Mucha gente sale a patinar un rato, y entonces tal vez si encuentra un club arranca a entrenar y algún día a competir. En otros casos con un par de patines podés divertirte un rato, y es algo que muy pocos deportes lo dan con tan pocos recursos.

Yo creo que el patín en la Argentina puede volver a crecer, porque tuvo su gran momento, aunque hay que darle el tiempo; hay que apoyarlo y fomentarlo a nivel regional. Además, las mismas municipalidades o instituciones le tienen que brindar el espacio para poder desarrollarse.

-¿Cómo es la actualidad de la selección argentina?

-Es un deporte amateur, y cada representante del patín carrera yo sé que da su 1000 por ciento porque los sacrificios que se hacen los saben solamente los chicos que compiten. Debemos estar agradecidos del tipo de deportistas que tenemos, porque con pocos recursos generan mucho, se ponen la camiseta, y siempre buscan lo mejor para representar a nuestro país.

Es todo un proceso, pero cuantos más chicos concurran a las escuelas iniciales, más grandes serán esos semilleros que a futuro nos permitirán contar con deportistas cada vez más competitivos a nivel internacional. Y, con pocos representantes en alto nivel, hoy tenemos buenos resultados si nos comparamos con otros países que tienen entre 6 mil y 10 mil corredores profesionales.

Nosotros no estamos ni cerca de esos niveles; entonces llegar a algún podio o a las finales de los mundiales para nosotros tiene que ser un reconocimiento a este tipo de deportistas que dan todo, con lo que ellos pueden hacer.