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El joven base olavarriense Marcos Risso, formado en la cantera del Racing A. Club, hace ya un tiempo que emigró a la capital de la Provincia de Buenos Aires para ser jugador del Club de Gimnasia y Esgrima La Plata. Claro está que la pandemia a causa del Covid 19 hizo que todos los planes de 2020 se vieran trastocados y por eso el juvenil de 1,90 metros de altura y 19 años (nació el 30 de marzo de 2001) tuvo que pegarse la vuelta a nuestra ciudad. Aún reina la incertidumbre por saber cómo seguirá la historia entre Marcos Risso y el Lobo, ya que hay que ir día a día, sabiendo que en este contexto tan complicado muy poco es lo que se puede planificar.

"Yo desde el año 2019 que estoy instalado allá en La Plata. A principios de 2020 estaba semana a semana, hasta que se suspendió la Liga Argentina y después no sabíamos cómo se iba a seguir. Pero la puesta a punto sigue y por eso estoy entrenando con todo para cuando nos toque la vuelta y no sufrir tanto el regreso a las canchas", contó el ex jugador del Chaira.

Luego resaltó que una vez declarada la pandemia y la suspensión de las actividades "me volví a Olavarría para estar con mi familia, ya que hacía mucho que no los veía. Quería estar un poco también con mis abuelos que están acá, más que nada por eso. Fue mucho tiempo sin verlos y yo soy muy de familia, así que me vino muy bien estar acá".

Como a todo basquetbolista el hecho de no poder competir y ni siquiera entrenar normalmente con sus compañeros le genera una sensación de malhumor y frustración. "Al principio me entrenaba mucho en mi casa porque tengo un aro que me pusieron mis viejos, así que era todo el día estar ahí y también un poco de estudio, ya que empecé el traductorado de inglés en La Plata".

"Es más lo que le dedico al deporte que al estudio, pero está ahí por ahora como una segunda opción. Mucho entrenamiento de básquetbol en mi casa y poco de libros. Así pasaba los días", sostuvo, y luego afirmó que "ahora por suerte que se abrió todo tengo la posibilidad de entrenar en Racing con los protocolos respectivos y por eso agradezco que me hayan abierto las puertas en el club, como siempre, para que pueda tener un poco de roce".

La partida de la ciudad para el joven deportista no fue algo muy fácil de sobrellevar: "Yo me fui a Gimnasia en diciembre de 2018 y en enero de 2019 me quedé instalado en la pensión. Estuve así todo el año 2019 y ya en 2020 me pude ir a vivir a un departamento. La idea siempre fue ir a jugar y dedicarme de lleno al deporte".

Sin embargo, no siempre hay que apostar todas las fichas a una cosa solamente, por lo que tener otra alternativa suele ser más que importante: "Desde la experiencia que tenía desde el primer año en el tiempo libre, para sacar la cabeza del básquetbol ante la primera negativa que me jugara una mala pasada, tuve como alternativa el estudio para tener una segunda opción. Eso me decían en mi casa, pero desde el principio mi idea fue el básquetbol y nada más".

Adaptarse a la vida en otra ciudad no fue de entrada algo tan sencillo: "Dejar a la familia fue muy complejo, pero por suerte tuve a mi hermano en La Plata. Así se hizo todo mucho más llevadero. Siempre que necesité algo él estuvo ahí y la verdad es que no me puedo quejar, pero fue un cambio muy grande por los amigos que tenía en mi club", afirmó.

"La Plata es una ciudad muy grande y Gimnasia distinto a Racing, con gente todo el tiempo que no conocés, no sólo en el ambiente del básquetbol, porque en el fútbol mueve mucha gente también. Fue todo muy distinto", confesó Risso.

En cuanto a lo que se viene en lo inmediato, el olavarriense sostuvo que "por ahora todo está medio en el aire. Yo siempre me comunico con los entrenadores, los preparadores físicos y con los dirigentes ahora por las fiestas, para desearles una Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo, pero todavía no tengo fecha para volver a La Plata, más que nada por el tema del departamento y la comida, que son cosas que me las brinda el club".

En varios frentes

Marcos Risso contó que "me tocó jugar en muchos torneos. El primer año que fui me dijeron que tenía que priorizar mi categoría y después la Liga Argentina, pero siempre estuve entrenando con todos. A medida que fue pasando el tiempo fui ganando minutos en la Primera local y ahora la Liga Argentina es mi principal objetivo".

También dijo que "se fue dando de a poco todo, ya que al principio disputaba la Liga Junior y el torneo de juveniles en Gimnasia. Luego jugué en la Primera local, pero me decían que la Junior era la prioridad y me querían cuidar para ese torneo. En la Primera se nos dio el ascenso a la ‘A1’ y cuando arrancó la Liga Argentina fue lo más importante para mí".

La institución platense también colaboró mucho para que el jugador pueda evolucionar en su juego: "Por suerte el club me dio muchas herramientas, no sólo en lo basquetbolístico, también en lo humano. Me ayudaron un montón, siempre juego de base en Gimnasia, al igual que lo hacía en Racing. Soy un afortunado porque como me dicen los entrenadores algunas cosas me las gané. Siempre tuve la chance de jugar en mi puesto y de tener varios minutos con gente más grande".

Para cerrar, Risso afirmó que "la pandemia nos tiene a maltraer. Ahora está el tema de los rebrotes, pero espero que con los protocolos se pueda volver a jugar. Hace nueve meses que no piso una cancha con la camiseta de un club y ahora que volví a entrenar en Racing ya es otra cosa, más que nada en el estado anímico. Uno se ilusiona que si se disputa la Liga Nacional, la Liga Argentina está ahí nomás y con un mismo protocolo, jugando en burbujas, se podría disputar, pero es todo muy complicado. Por ahora hay que ir siempre día a día, y no solamente en la Argentina".