El primer día fue especial, esperado durante mucho tiempo. Por eso, el recuerdo está fresco de lo ocurrido cuando Agustín Vernice llegó a Estudiantes para retomar su trabajo en el agua luego de la autorización que recibieron todos los atletas olímpicos ya clasificados para los juegos de Tokio.

"La ansiedad a veces es un problema porque quería volver al club, a los entrenamientos, pero se hacía todo muy largo. Y el domingo fue muy lindo porque pude entrenar en el club, en mi ciudad, con lo cual lo disfruté un montón; como también el resto de los días".

También contó que "algunos días hizo un poco de frío, por lo que dan ganas de estar adentro y no en el arroyo a los 9 y con 3 grados, pero no hay excusas y nadie te quita esa posibilidad de estar preparándote para un sueño. Da placer volver a la actividad, ya que uno viene trabajando desde hace muchos años y me he tomado muy pocas semanas de descanso o vacaciones en el medio desde septiembre de 2016 al día de hoy".

Entonces, explicó que "después de tener que parar abruptamente, el regreso provoca mucha felicidad, ya que pude volver a entrenar para que no se derrumbe todo el trabajo que se hizo a lo largo de tantos años". Y, su sueño, sigue vigente pero con fecha para 2021. "Espero tener una competencia este año, probablemente sea un Campeonato Sudamericano en Uruguay, pero tampoco hay certezas de eso. Uno ya se proyecta en el año que viene; el otro día estaba sacando unas cuentas y ya mi cabeza estaba en que estábamos en el 2021... imaginate cómo funciona todo a través de lo que uno hace".

Sin embargo, más allá de un objetivo claro, Vernice aclaró que "quedan muchas cosas por hacer en el año, tanto en el deporte como más allá de esa actividad puntual. Hay cosas por aprender y por trabajar, y por esa misma razón estoy tratando de entrenar de la mejor manera posible porque hay que poner la mejor predisposición para poder seguir creciendo".

Parte del día

La vuelta al trabajo significó regresar un poco a la rutina, aunque marcó algunas diferencias. "En un día normal mío estoy casi toda la jornada abocado al entrenamiento, mientras que en el rato que no lo hago tengo clases de inglés o estoy descansando. En ese sentido es casi normal, pero todo es diferente, ya que cuando voy al club veo todo vacío y no estoy con mis compañeros, tampoco con mi entrenador".

"Entonces mi rutina volvió a ser casi normal, tal vez un poco alterada ya que por las condiciones climáticas busco otro horario y no tan temprano como lo haría en el calor. Pero es difícil decir normalidad, tal vez sea una nueva normalidad, porque cuando entro al club agarro el portón y después me pongo alcohol en gel ya que uno está extremadamente alerta a todas esas cosas".

En soledad

Agustín Vernice es el único deportista local autorizado y por eso "tengo el club para mí. Me cruzo a la persona de seguridad y a nadie más. No tengo ningún riesgo de estar entrenando acá, obviamente en el arroyo también estoy solo, con lo cual estoy contento de poder estar entrenando y sin riesgos, aunque al mismo tiempo te pone triste la situación en la que estamos".

Explicó que "va más allá de mi situación, el club está vacío... es triste porque uno está acostumbrado a apreciar otras cosas y ver mucha gente en el club, con chicos practicando deportes, y ahora es un poco nostálgico pasar por el club y no ver a nadie", graficó.

"No se puede entender nada de lo que pasa. La situación en general parece un sueño y no me dejo de sorprender, parece sacado de una película lo que ocurre en el mundo", agregó el palista y señaló que "me preocupa mi situación, pero la de los demás también, ya que muchas personas están mucho peor que uno. El deseo es que se resuelva lo antes posible".