Hoy radicado en Madrid, Ragg llegó a España a inicios de los 2000. Cerró su etapa como jugador y luego siguió ligado al deporte. Hoy su presente es muy interesante, ya que viene de coronarse en un equipo como Burgos, y trabajó como entrenador de arqueros de la entidad que tuvo como protagonista a Marcelo Barovero.

En una comunicación que mantuvo con el programa Conexión Deportiva, Ragg contó todo lo vivido. "Disfrutando porque el fútbol tiene más sinsabores que momentos agradables, aunque aparecen y hay que vivirlos al máximo porque esto dura poco. Enseguida pasa, ya estamos pensando en la temporada que viene y todavía no empezamos las vacaciones", señaló.

Además, explicó cómo fue la campaña. "Fuimos de menos a más, pero competimos muy bien durante todo el año. En la primera fase quedamos primeros. Pasamos a un Sub Playoffs, que se hizo con los primeros a terceros de los otros grupos, donde mantuvimos siempre la punta; construimos un equipo muy fuerte. De a poco la gente entró de a poco a la cancha, y eso para nosotros fue muy bueno por la comunión que se generó con el equipo, salió todo redondo en estos ocho meses", evaluó.

Y Ragg fue protagonista de la historia, ya que confiaron en él para el trabajo de entrenador de arqueros: "El entrenador sabía que iba a venir ‘Trapito’ Barovero, ellos tenían un entrenador de arqueros con contrato, pero me llamó porque creyó que era la mejor opción para entender a la perfección a Barovero. Yo tengo mucha experiencia y al entrenador le gusta mi forma de entrenar. No lo dudé, y salió bien", explicó.

Entonces, comenzó su relación con Barovero, quien luego de River Plate y su paso por México se fue al ascenso en España: "Fue una temporada hermosa, con la expectativa de ver cómo tratar a un portero que bajó sus pretensiones al arriesgar a un fútbol de Segunda ‘B’. Apostó todo a ganador y fue encantador estar con este muchacho porque no pensaba que iba a ser todo de esta manera. Es una persona muy fácil de llevar, con humildad, y siempre confió en mí".

En su relato sobre Barovero señaló que "tiene inquietudes continuamente, con pinta para ser entrenador, y estoy muy contento con el año que he pasado con él", destacó Ragg sobre su labor con uno de los argentinos en el equipo, teniendo en cuenta que en el Burgos también estuvo Leonardo Pisculichi.

En otro sentido, Ragg explicó la actualidad de Burgos, que es un club gerenciado. "En estos momentos hay un poco de incertidumbre porque hicimos una campaña bárbara, la gente con el técnico tiene una onda especial. El cuerpo técnico tiene automáticamente la renovación, porque estamos con contrato, pero tenemos que saber bien quién se va a hacer cargo del club".

En ese contexto, explicó algunos problemas que existen en cuanto al aspecto económico: "No me meto en el gerenciamiento, pero me perjudicó en lo personal, ya que arrancamos las vacaciones sin cobrar el mes de abril. Hay que ver quién presenta los avales, ya que en Segunda División no se puede seguir con estos temas. No se pueden deber sueldos, ya es otro nivel", explicó.

También en su relato habló de su tarea específica: "Cuando dejé de jugar profesionalmente en 2005 ascendimos con Pontevedra a Segunda, y ahí me quedé como entrenador de arqueros. Pero hay un cambio muy grande cuando termina la carrera de futbolista, es donde te das cuenta que te tenés que preparar".

"Esta profesión no es lo mismo que ser entrenador, empecé de a poco. Luego fui a Madrid, en Segunda ‘B’ y Tercera, con lo cual vas aprendiendo un montón de cosas y vas haciendo una forma de entrenar", opinó sobre lo realizado a lo largo de muchos años y sacrificio para llegar a este presente.

Por otro lado, en cuanto al contexto por la pandemia, explicó que "desde que se retomaron las competencias nosotros entrenamos prácticamente normal, al ser un fútbol casi profesional tenemos todas las posibilidades para el cuidado. Se hacen hisopados semanalmente, con lo cual hay un control importante y no tuvimos prácticamente casos", cerro Ragg.