Sergio Hernández, entrenador de la selección argentina de básquetbol, efectuó ayer una nueva visita a la ciudad de Tandil.

En este caso, en el marco de una movida solidaria a través de la cual se contribuirá con la operación que necesita realizarse Azul Arrieta, niña tandilense de 4 años.

El bahiense llegó junto a su grupo de trabajo para llevar adelante un campus desarrollado en el Instituto Superior de Educación Física, que tuvo una charla para entrenadores y una clínica para niños.

Entre sendas actividades, "Oveja" se hizo un espacio para brindar una conferencia de prensa, compareciendo ante los medios en el Hotel Mulen Tandil.

Allí, lo acompañaron su asistente Ariel Amarillo, la concejal Silvia Nosei, Gustavo Ardito (organizador del evento) y la propia Azul, junto a su mamá Carolina.

Las sensaciones recogidas en cada visita a Tandil, el significado de la palabra "éxito" y la próxima intervención de Argentina en el Mundial de China fueron algunas de las aristas en la extensa charla que Hernández sostuvo con la prensa.

En principio, el coach seis veces campeón de la Liga Nacional y medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Beijing ''08 abordó el motivo de su visita a Tandil:

"Creo que tenemos un pueblo solidario. El argentino sabe jugar en equipo y, cuando se propone un objetivo, trata de cumplirlo aún sin tener las herramientas, como le ocurre la mayoría de las veces. Cuando alguien como Azul y su familia nos necesitan, ahí debemos estar. No hace falta una actitud tan heroica o fantástica, a veces no se dan los tiempos, esta vez se dio y aquí estamos. Haciendo una actividad para chicos y así recaudar para ayudar a que Azul pueda permanecer en Buenos Aires la cantidad de días que sea necesario. Ella es un ejemplo para todos nosotros, tiene una energía increíble, es una guerrera, que lucha día a día, nosotros a veces por una pavadita que se nos presenta en el día hacemos un drama. Azul, siendo tan pequeñita, nos da una lección de fortaleza permanentemente".

-¿Qué sensaciones se lleva en cada visita a Tandil, qué sabe de los clubes de la ciudad y con qué gente del básquetbol se vincula?

-Viví muchos años en Olavarría, adonde llegué en 1998, y todavía tengo mi casa allí. A Tandil he venido muchas veces a pasar el día, es una ciudad increíble. Mis hijos son entrenadores y han sido jugadores, con lo cual han venido a jugar. Conozco a los Zulberti, obviamente, pero también tengo amigos que no son del básquetbol. He hecho una amistad con "Pico" Mónaco, Del Potro y Zabaleta. Sé que el básquetbol no es tan importante en la ciudad, porque hay pocos clubes. Más allá de eso, Tandil no necesita estar desarrollada en el deporte de cada uno de nosotros para que la visitemos, tiene otras cosas. Ojalá el básquetbol explote aquí, y nuestro campus pueda contribuir con ello.

-¿Cómo ve el trabajo que se hace en el país en cuanto a las categorías formativas?

-Los que creemos que el deporte es una herramienta poderosa que tiene la humanidad para educar o para incluir, primero que nada debemos sincerarnos respecto a qué es el deporte para nosotros. En la charla con los entrenadores que tuve hace un rato les mostré una estadística que reflejaba que apenas el 4% de los chicos de entre 8 y 18 años hacen deporte como federados en el país. Imaginate lo que le queda al básquetbol, dentro de ese 4%, el 0,3% ponele. Entonces, la visión que debemos tener no es sobre el básquetbol, sino acerca del deporte en general. Debemos convencer al Gobierno respecto a la importancia del deporte, que debe ponérselo a la par de la salud o la educación, otras áreas a las que sí se las considera fundamentales. Para mí, debería haber un ministerio de deporte. Pese a todo, el básquetbol en el país está tremendamente bien ejecutado, históricamente la Confederación Argentina ha tenido un esquema muy bueno, con clubes, federaciones, asociaciones, hasta llegar a la ente madre. Tenés torneos de todos los niveles y categorías. No nos podemos quejar, podríamos estar mejor si el deporte lo estuviera.

-¿Cómo inculca a sus dirigidos el conocimiento real de qué es el éxito o cuáles son las cosas verdaderamente importantes?

-No hay que hablar tanto, hay que hacer, a veces las charlas están sobrevaloradas. Cuando me toca ser un entrenador de un equipo, no me importa si tengo a Ginóbili, Scola o quien sea, busco poner la energía en encontrar nuestra mejor versión. Estamos en un país muy exitista, donde "el segundo es el primero de los últimos", hay que erradicar eso. Nosotros, buscamos hacer lo mejor de lo que está a nuestro alcance, en búsqueda de la excelencia. Y que eso nos alcance para competir, con armas nobles. Después, lógicamente, hay espacio para la charla y la reflexión. No todo en la vida es ganar. El argentino se pregunta: ¿Para qué se anotan aquéllos que corren los 100 metros si saben que Usain Bolt les va a ganar? o ¿para qué se tiran al agua los rivales de Michael Phelps?. Fui a un programa de televisión y un panelista me preguntó qué chances tendremos de ser campeones en el Mundial, a lo que respondí que no deberíamos tener ninguna. Y me preguntó "¿y a qué van?". Vamos a competir, a jugar el mejor básquetbol que podamos, siempre pensando en ganar. Luego, no supo qué responderme cuando le pregunté por qué seguía haciendo su programa, después de que me reconozca que no tenía chances de superar el rating de Tinelli. El éxito no siempre está en la comparación con el otro. A mí muchos me consideran un entrenador exitoso, pero si me comparan con Popovich quizá quede como un fracasado. Bien lo dijo "Manu" Ginóbili, no existe el deportista que haya ganado más de lo que perdió. Michael Jordan tiene seis anillos de NBA, y jugó 19 temporadas, o sea que perdió 13. ¿Y no dudamos de que es exitoso, no? El éxito está es uno mismo, ser exitoso es conseguir lo mejor de lo que está a tu alcance.

-¿El jugador exitoso es aquél que entiende eso?

-Claro. Y el tipo que asume perder, es doblemente peligroso, es como aquél que pelea sin miedo a morir. El que dice "la palabra ''perder'' no la tengo en el diccionario" tiene miedo. El que acepta la derrota como parte del juego es el más bravo, el que sabe, en el caso del básquetbol donde no hay empate, que es 50 y 50. Ginóbili, Nocioni o Scola. A los que están del otro lado, en algún momento los mata el miedo a perder.

Rumbo a China

-¿Cuán definido tiene el plantel para el Mundial?

-En un 90%.

-¿Qué lectura hizo respecto a los rivales que tendrá Argentina?

-En un Mundial, no se puede hablar de rivales fáciles. Primero, porque no los hay. Segundo, porque te enfrentás a solo un partido. A veces, en un juego no siempre gana el equipo superior sino el que mejor o menos mal estuvo esa noche. Nigeria es un rival muy superior a nosotros en cuanto a lo físico y que desde lo táctico ha mejorado mucho, con muchos jugadores en Europa o la NBA. Creo que en nivel de juego y jerarquía individual estamos encima suyo.

Corea es un equipo complicado si no estás acostumbrado a enfrentarlo, son verticales, corredores, tiradores, intensos, juegan siempre igual más allá del resultado, son peligrosos. Tanto ellos como los nigerianos tuvieron un record de 10-2 en la clasificación al Mundial, o sea que llegan con fuerza.

Rusia es una potencia, históricamente ha sido candidato a jugar las semifinales.

Me parece que estamos para clasificar. Y mirando la zona con la que nos cruzaríamos, creo que también tendríamos alguna chance. Algo importante, porque esta vez desde el Mundial se clasifica a los Juegos Olímpicos. Los dos mejores de América accederán a los Juegos y les informo que el campeón del Mundial va a ser Estados Unidos.

-¿Qué le sugiere el cambio de formato del Mundial?

-En general, me gusta. Me parece un poco exagerado que haya ocho zonas, pero está bien, lo hace más justo. Finalmente, clasificar seguirá siendo difícil, y luego tenés los cruces de siempre. También me agradan las "ventanas" (sistema empleado en las últimas Eliminatorias en América), siempre y cuando sean cedidos los jugadores de la Euroliga.

-Suele aparecer como inevitable la comparación entre el plantel actual y la "generación dorada".

-Tenemos un plantel joven, que ilusiona, con el liderazgo de Scola, quien nos da el legado de la generación anterior. Y tenemos un par de líderes como Campazzo y Laprovíttola, nombro a ellos porque son quienes emergieron como "desafiando" a la "generación dorada", diciendo "acá estamos nosotros, queremos escribir nuestra propia historia". Tenemos otros chicos con mucha personalidad como Deck, Garino y Vildoza, ya en el primer nivel europeo. Ocurre que pretender que Argentina vuelva a tener una "generación dorada" es pensar que Dios es argentino. El país no es una potencia mundial basquetbolística, lo son Serbia, Lituania, Estados Unidos...ni siquiera tenemos el presupuesto o la estructura de países como España, Grecia o Francia. Yo creo que ni León Najnudel imaginó que llegaríamos a ser medalla de oro y de bronce, y alcanzar otros logros que se alcanzaron.

Una Liga "exclusiva"

-Suele decirse que la hegemonía que ejerce San Lorenzo está destrozando la Liga Nacional.

-No comparto, para nada. San Lorenzo juega en el profesionalismo y quiere ser campeón del mundo a nivel FIBA. La misma pretensión que tienen Barcelona, Real Madrid, CSKA Moscú, Panathinaikos y Olympiakos. San Lorenzo tiene ese objetivo, y para lograrlo debe armar un equipo poderoso. Es imposible soñar con un "techo presupuestario". A San Lorenzo se le ha dado de tener atrás a Tinelli, quien ama el club y tiene los contactos para reunir el dinero, porque nadie lo saca de su bolsillo. Ojalá pudiese crearse un sistema para emparejar, como tiene la NBA, con tope salarial, draft y demás. Así y todo, aparece un Golden State que te dice "dame a Curry, a Durante, a aquél, a este otro" y sale campeón cuatro veces seguidas. Es profesionalismo y hay que bancársela, si querés jugar a otro nivel, el básquetbol te da muchas opciones. Por caso, en Tandil, tenés el maxi básquet, que tiene más equipos que la primera división. Llevado a lo profesional, es lo mismo, no te da para jugar la Liga A, jugá el Federal, la Liga Argentina, el Provincial, o la liga local. La Liga A es para el que puede no para el que quiere, es un torneo exclusivo, no inclusivo.

-¿Y respecto a liberar el cupo de extranjeros?

-Me parece una barbaridad. De entrada, considero una locura que haya 20 equipos en la Liga A, deberían ser 16 como ocurrió históricamente. Al sumarse clubes, se diluye la calidad, sumado a que tenés un éxodo a Europa muy masivo. Hoy, la Liga no tiene a Campazzo, a Deck, Brussino, Garino, Vildoza, Delía, Laprovíttola, Balbi...Si no tenés esos jugadores, y agregás cuatro equipos, el nivel baja. Si para solucionarlo, liberás el cupo de extranjeros...la empeorás. Creo que deberían ser 16 equipos, con dos extranjeros cada uno. No digo que sea la verdad absoluta, pero arranqué en la Liga en 1990, algo he aprendido.

Fuente: El Eco.