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La cuarta victoria de Mauricio Olivera en el Hi-Race "Desafiá a Sierras Bayas" llegó con la sensación personal de que pueden no quedar tantas otras oportunidades de cruzar la meta en primer lugar para el notable atleta hinojense.

"Casi dejé de correr. Tuve tres meses muy duros, en los que sólo salía a trotar para despejar la mente, porque no sabía si seguir o terminar, por el laburo. No tenía tiempo" apuntó el ganador en el mediodía serrano, emocionado y al borde de llanto.

"La emoción es porque esto es muy duro; de acá me tengo que ir a trabajar. Entro a la fábrica a las 2 de la tarde y hasta las 20" reveló, al límite de las 13.

Si bien no se animó a rotular la victoria dentro de su rosario de triunfos en la prueba, dijo que "cada carrera tiene su gusto especial. Venía medio ''bajón'' porque estoy cerca de los 40. Me mentalicé que puedo y corrimos, nada más".

Abrazado a sus dos hijos (ambos protagonistas en la carrera de los 8K), celebró el esfuerzo y el apoyo de los suyos. "Hace tres semanas empezamos fuerte otra vez, para ver si puedo llegar al maratón de Mar de Plata. Lo hago por el apoyo que tengo de mi familia; nada más" acotó.

"Estoy muy contento. Pensé que venía primero (Nahuel) Luengo de Balcarce, y recién faltando pocos metros me dijeron que había corrido los 15K. Salí a hacer mi ritmo como siempre, y se dio" analizó.

"Traté de correr, de sentirme bien" comentó Mauricio. "Este año hicieron un recorrido distinto. Mucha sierra, muy duro, pero muy entretenido, muy lindo. Nos hicieron pasar por más sierras, para mostrarnos lo que es Sierras Bayas, y se disfrutó" acotó.

En el medio del reportaje se enteró de que sus hijos habían ocupado el primer lugar y el tercero en el podio de los 8K. "Uh, ¿en serio? Bueno, más no puedo pedir" cerró.