Todo surgió como un comentario por redes sociales y luego pasó a los medios de comunicación, incluso algunos internacionales. En todos, acusaban al entrenador de la selección argentina, Jorge Sampaoli, de haber cometido abuso sexual contra una empleada del predio de la AFA en Ezeiza.

Ante semejante explosión, la propia institución les hizo llegar a los medios acreditados aquí un elemento obtenido en la Argentina durante estos días: una cita en la que la Unidad Departamental Almirante Brown -correspondiente a Ezeiza- informa que no se registró ninguna denuncia que involucre a Sampaoli, de acuerdo con los testimonios de la titular de la UFI especializada en delitos sexuales y trata de personas, la doctora María González, y el juez de garantías número 7, Horacio Rich, del departamento judicial de Lomas de Zamora.

Claudio "Chiqui" Tapia fue el primero de la delegación en tratar públicamente el tema, que rondaba la vida de la selección desde hacía una semana: "Cuando hay críticas objetivas nos sirve. Cuando hay mala intención, no. Muchas veces dudamos si todos quieren lo mejor para el fútbol argentino. Si todos los días pasa algo que trata de dañar a la selección, evidentemente por algo es", observó, en una entrevista con TyC Sports en la noche del domingo.

Respecto del rumor, fue tajante: "Creo en la honestidad de nuestro técnico, sé la clase de persona que es. Me molesta que digan mentiras porque hay familia atrás. Ya se sabe que esa denuncia no existe. Son cosas que en el final del camino se terminarán dando cuenta de que es todo mentira, no existe". Y remató: "No hay que detenerse en las operaciones. Queremos que empiece ya el Mundial".

El final de la jornada mostraba tonos más aliviados en las conversaciones en el centro de entrenamiento que ocupa la selección. En el entorno de Sampaoli lo veían mejor, como si haber dado el paso de ocuparse del tema hubiese sido la manera de empezar a dejarlo atrás. (La Nación)