-.-.-.-.-.-.-.-.-

La fiesta no fue completa en el Maxi.

Toda parecía casi soñado. La previa, esa multitud caminando hacia Lavalle y Del Valle desde muy temprano, el marco, la música y color sobre el flotante hasta el ingresos de los equipos. La ovación para Hernández, la emoción en los himnos Y hasta ese primer cuarto que la Argentina lo llevó de acuerdo con sus pergaminos y un par de rendimientos individuales brillantes (Redivo y Brussino).

Pero a partir del segundo parcial todo cambió, la Argentina para mal, los uruguayos para bien. Lo creyeron y terminaron haciendo historia en Olavarría: se llevaron la primera victoria en la Argentina en casi un siglo de enfrentamientos entre sí, con un juego colectivo superior y dos figuras excepcionales, descollantes: Batista en la zona pintada, Fitipaldo con su ametralladora desde posiciones exteriores. 

La derrota (88-83)  empezó a ser una posibilidad concreta en el arranque del tercer cuarto, pero que Uruguay fue llevando de a poco, casi imperceptiblemente, con un gran trabajo de banco de suplentes, que cuando se metió en la cancha hizo un 18-0 sobre las alternativas que buscó Sergio Hernández a su lado en el mejor momento del equipo.

Nada volvió a ser igual.

El conjunto de Sergio Hernández tardó un puñado de minutos para hacerse dueño del desarrollo, pero lo hizo con autoridad.

Todo partió de un gran trabajo defensivo (muy bien cerca del canasto, con un gran mano a mano de Delía sobre Batista) que le permitió imponer su ritmo ofensivo, con corridas, vértigo e intensidad. Un parcial de 11-0 (con 5 puntos de Redivo) fue el primer golpe, y luego fueron apareciendo varias manos: 4 tantos de Scola, 8 de Laprovittola (más cuatro asistencias) y 7 de Brussino (con dos volcadones) para cerrar el primer cuarto 27-16.

Un triple de Brussino puso una máxima de 14 (30-16) en el inicio del segundo, pero el seleccionado perdió claridad y Uruguay aprovechó.

El banco fue clave (18 unidades), sobre todo con Barrera (7) y Vidal (3) para darle otra circulación y mejores opciones. Tanto que, a los 17m30, la visita achicó la diferencia a sólo dos (35-33). Sin embargo, un nuevo bombazo de Brussino y una conversión de Scola dieron aire para llegar al descanso largo: 42-36.

La mejoría uruguaya se profundizó en el tercer cuarto, con Fitipaldo y su muñeca incandescente: 12 puntos del base (tres triples) pusieron a la visita al frente por siete (53-46). Argentina, sin tanta lucidez, con un Laprovittola aplazado casi toda la noche, pero terrible en el segundo tiempo, y con baja efectividad  empujó. 

Scola empezó a sumar (10 en el 3º), el equipo se puso a tiro y luego apareció Redivo, con un triple desde la esquina, para retomar la ventaja (62-61).

El final fue parejo, palo a palo y de rachas: la Argentina hizo una pequeña ventaja y encendió al Maxi  (66-61) de movida, pero cometió groseros errores en la conducción, falló en el juego interior, no le entraron los envíos desde larga distancia y volvió a quedar atrás (70-68 a 6 minutos del cierre).

Tuvo una mejoría con Scola, Brussino (triple) y una volcada de Delía para recuperar la ventaja (75-70 a 4m45). Pero fue Uruguay fue más lúcido en el cierre. Un bombazo de Fitipaldo, el juego interior de Batista y otra conversión a distancia de Barrera lo distanciaron (81-77) a 55 segundos. 

Las bombas de Brussino y Scola fueron manotazos de ahogado para intentar la heroica, pero la visita no falló desde la línea de libres y lo liquidó.

Luis Scola y Nicolás Brussino fueron los goleadores nacionales, con 23 puntos cada uno. Así, el seleccionado quedó con marca de 2-1 en el Grupo A. La acción seguirá el lunes contra Paraguay, nuevamente en  el Maxi.

Pero la noche era esta y faltó la frutilla del postre. Lo de lunes tendrá un sabor muy distinto...