Hace ya algunos meses que se están viviendo momentos de violencia en las canchas de la Argentina. Uno de ellos, y el que tuvo más repercusión, fue el intento de agresión de José Luis Pappalardi contra Andrés Alvarez en un juego correspondiente al Torneo Prefederal de Básquetbol de la Provincia de Buenos Aires.

Conocida la sanción económica y de 53 partidos para con el interno de Gimnasia y Esgrima de Chivilcoy, dio su opinión el árbitro oriundo de Olavarría. "La sanción no depende de mí y dejó de importarme. Nunca pedí que no juegue más ni nada por el estilo, solamente quería que le dieran la sanción correspondiente y no me importa la cantidad de partidos y dinero, me es indiferente", aclaró Alvarez.

En primer lugar, hizo una recapitulación de lo que habían preparado los árbitros previo al juego. "Ese jugador habitualmente se comporta con una rudeza excesiva, es de quejarse y recibir faltas antideportivas. Si en la conducción del partido uno permite que un jugador golpee por demás a los demás, después hay que cobrar reacciones producto de una reacción inicial. Entonces nos pusimos de acuerdo en no permitir el juego rudo ni las cosas que no fueran básquetbol para que el partido no salga sucio".

En la misma línea, comentó cómo fue el inicio de un juego que no terminaría: "En el primer cuarto ocurrió una situación donde el jugador, además de saltar a buscar el rebote, levantó la pierna entre las piernas del rival, entonces eso es una falta antideportiva al desentenderse del balón. Seguimos jugando, siguieron las protestas y en un momento en el segundo cuarto también se acercó desde el banco".

En el último cuarto la dupla arbitral hizo un breve análisis de la situación. "En el último cuarto nosotros, en el análisis que íbamos haciendo dijimos ''ya está, cobramos lo que teníamos que cobrar''. Pusimos la vara baja de los golpes, dejamos que el contacto sea duro, pero dentro del marco del reglamento y pensamos que iba a tener un desenlace normal, iba a ganar el que más puntos meta".

Sin control

Pappalardi volvió a entrar y pasó lo que todos conocen: "Cuando vuelve a la cancha, fue a buscar un rebote y, como vio que no llegaba, le pegó al rival con su codo y su brazo. Nuevamente fue excesiva rudeza y se desentiende del balón, no tenía posibilidad de jugarla con la mano y golpea en la cara al rival. No puedo permitir eso. Ahí comienza toda su reacción".

Acto seguido, el pivote se le fue encima: "En el momento que marqué su segunda falta antideportiva vi que venía y, cuando mi compañero lo iba parar, siguió hacia mí y yo pude ver en él pupilas dilatadas, el puño cerrado. Ahí pensé que si me quedaba en una distancia donde me agarrara, este tipo me iba a golpear".

Sobre esos momentos recordó: "Dirijo hace 17 años y nunca estuve tan convencido de que alguien quería pegarme. Empecé a alejarme, pero nadie se interponía entre nosotros. Una vez que se calma, se va al vestuario y se escucha que va rompiendo cosas en el vestuario. Cuando nos predisponemos a continuar el juego con los tiros libres, lo vi que venía como un tren. De ahí en adelante las decisiones no fueron premeditadas. Intenté rodearlo cuando venía, recordé por dónde había entrado a la cancha, salté la valla, vi la puerta abierta, doblé a la derecha y pensé que me iba a correr ocho y diez cuadras".

A la salida de la cancha, siguió corriendo, pero ya al llegar al hotel se dio cuenta lo que sería luego de ser viralizado el momento: "Escuché un grito de él al salir de la cancha y yo estaba por la esquina. Llegué a la plaza y de ahí me fui al hotel. Una vez ahí le pedí a la recepción que no le abriera a nadie porque me querían golpear".

A partir del regreso a Olavarría, Alvarez vivió una cantidad de sensaciones encontradas: "Creo que me dolieron las piñas que no me dio, porque la gente me decía que si me agarraba yo tendría que estar con la mandíbula rota, sin dientes, vaya uno a saber qué podía pasar. Estuve triste porque este torneo es el primero que hago en el Prefederal. Desde 2013 que soy árbitro de Provincia y desde que empecé a ser árbitro que quería llegar a este torneo".

Un mensaje

A la vez de su trabajo como juez de básquetbol, Andrés Alvarez es psicólogo deportivo: "Estoy convencido que es el ámbito más sano para el desarrollo de los chicos. Que suceda eso en la cancha es lo contrario a mi ideología, estuve decepcionado por eso".

A pesar de todo lo sucedido, Alvarez no deja de amar a este deporte y quiere dejar un mensaje: "Para mí se está hablando demasiado de los malos hechos del básquetbol. Es importante mostrarlos, que no pasen desapercibidos". Las agresiones no son todo en este hermoso deporte y el oriundo de Olavarría presentó una propuesta ante la Asociación Argentina de Arbitros, donde coordina el área de psicología.

"Cuando se dio el fallo, me comuniqué con todas las Federaciones para que hagamos una propuesta y que el mes de diciembre sea el Mes de la Paz en el Básquetbol. Si un árbitro, dos, cinco, se acercan a los clubes a minibásquetbol o escuelita y se vuelve a fundar un pacto entre chicos, chicas, árbitros y árbitras, de decir que estamos dentro de la cancha, venimos de momentos duros, somos personas, conservemos eso dentro del campo de juego, y eso se empieza enseñando a los más chicos.

Me gustaría que cada Colegio de Arbitros trabaje en un símbolo de paz, compañerismo, trabajo en equipo, algo desde lo artístico, pero poder darle difusión a lo que se construya en cada punto del país. Quiero sacar de la retina eso de que en el básquetbol del interior sólo se ven piñas, porque no es verdad".

A la vez, contó lo que espera lograr: "La mayoría de las personas que transitamos la cancha encontramos cosas buenas. Quiero poder demostrarle al mundo, ya que el video hasta fue subido por Shaquille O''Neal y me llegó en muchos idiomas traducidos, que somos capaces de construir algo tremendo y que podemos llegar a lograr una trascendencia mayor de la que imaginamos".