Peñarol se hizo fuerte en Mar del Plata pese a presentarse con un plantel recortado por cuatro casos de Covid 19 y acumuló su sexta victoria consecutiva, en esta ocasión por 92 a 80 sobre Riachuelo de La Rioja en la reanudación de la temporada regular de la Liga Nacional de Básquetbol (LNB).

Los marplatenses, que ya no podrán contar con el lesionado Federico Marín hasta marzo, tampoco pudieron hacerlo con el estadounidense Al Thornton, Lucas Gorosterrazú, Joaquín Cabrera e Ignacio Bednarek, los cuatro afectados de coronavirus. El base olavarriense de Peñarol, Bruno Sansimoni, fue el goleador y la figura del partido desarrollado en el Polideportivo "Islas Malvinas", con 21 puntos.

Por su lado, los riojanos tuvieron solamente una baja, aunque muy importante, porque se trató del experimentado pivote Martín Leiva, también con coronavirus. Además, en Riachuelo se presentaron dos ex Peñarol, como su flamante entrenador, Daniel Farabello, y el escolta Selem Safar.

Mientras que en Caballito, Ferro Carril Oeste venció ajustadamente en el gimnasio "Héctor Etchart" a La Unión de Formosa por 75-73. Los visitantes contaron con el máximo anotador del juego, Patricio Tabárez, también con 21 tantos. Peñarol y Ferro comparten el quinto escalón de las posiciones con igual récord positivo de 9 victorias y 5 derrotas.

Distinto escenario

El secretario técnico de la AdC, Sergio Guerrero, defendió la postura de darles por perdido los partidos a los equipos que no se presenten por contagios de coronavirus porque están todos casi vacunados en su totalidad y el contexto epidemiológico es otro.

"Es una mezcla de situaciones. El escenario es muy distinto en lo epidemiológico. La Liga está prácticamente vacunada en su totalidad, algunos, muy pocos, con una sola dosis, que son los más jóvenes. Eso genera un escenario distinto, uno sabe después del tiempo de convivir con la pandemia lo que esto significa", argumentó el directivo.

"Ningún equipo de la Liga Nacional manifestó la disconformidad ni pidió postergar el inicio de la actividad por unos días", continuó. Guerrero, uno de los hombres fuertes en la actualidad junto con el presidente Gerardo Montenegro, comentó que la modificación de formato de la competición, que pasó de una burbuja con sedes al conocido local y visitante "es un riesgo que se asumió porque se sabía que podía haber una nueva ola. Se tiene que intentar tener el menor impacto económico para los equipos. No es lo mejor, el calendario internacional aprieta, tenemos ventanas en junio", reconoció.

"Lo que mantiene a la actividad y al negocio es que la Liga funcione, es una Liga que es deportiva, pero para que funcione tiene que haber un factor económico que resista. La Liga tiene que estar en actividad, la plata se consigue para jugar, no para estar en la casa", concluyó el dirigente.