Luego de la última cita del TC en el trazado mixto Tandil-Fulton en Noviembre de 1967, el Tandil Auto Club se quedó sin opciones en los años siguientes, para continuar con la clásica competencia. Las épocas avanzaban, los extensos y clásicos escenarios provinciales estaban cuestionados.

Por otra parte, en 1968 la carreras en ruta sufrieron un intervalo o tregua, a raíz de los trágicos accidentes en la carrera de Balcarce-Lobería, a fines de Abril de ese año.

Paralelamente antes de la nueva década, y cuando la entidad serrana celebraba los 30 años de su fundación, los visionarios directivos del Tandil Auto Club, adquirían un predio de 97 hectáreas, en la pintoresca zona de Don Bosco. Aquellos avezados dirigentes pergeñaban algo más para un futuro inmediato.

En los incipientes movimientos del 70, comenzaba la actividad en un circuito de tierra enclavado en el amplio country "La Cascada", y que en 1972 se "regó" con una capa asfáltica para recibir a la F4 Mecánica Argentina, categorías zonales y el TN de la Federación del Sudeste, mientras apuntaban al gran desafío, que era el circuito semipermanente, el que luego se denominó el Nurburgring argentino.

Mientras tanto, las reuniones eran continuas en Tandil, y Buenos Aires, el gobernador bonaerense brigadier Carlos Moragues, le concedía una entrevista en la casa de gobierno provincial a los directivos del TAC. Merced, a la gestión del Dr. Osvaldo Marcelino Zarini, fundador del Instituto Universitario Tandil y Ministro de Educación de la Provincia de Buenos Aires, y del secretario, profesor Daniel Eduardo Pérez, el mandatario provincial recibió a los directivos del Tandil Auto Club, Alberto Iribarne, al Dr. Martín Zubeldía, Eduardo Elissondo, Modesto Ferreiro y a "Lito" Carreira, junto al titular del Club y Biblioteca Ramón Santamarina, Francisco Fiego, al intendente Carlos Pinna, y al director de Turismo y Deportes del municipio de Tandil.

Allí, comenzaba a gestarse el magno desafío para Tandil, la concreción de un anhelado sueño. El nuevo circuito iba a ser realidad, la significativa obra desde el paraje "La Porteña" en las inmediaciones de la escuela Agrotécnica Dr. Ramón Santamarina hasta El Gallo, se iba a materializar.

Mientras tanto, sin perder tiempo la CD regenteada por Alberto Iribarne, puso proa al AMCO, y con los directivos de la entidad olavarriense, con quienes los unía una estrecha relación, el titular Alberto Hipólito, y sus pares Pedro Ressia y "Queco" Sgarbosa convinieron el desarrollo de la Vuelta de Tandil en el circuito Luciano Fortabat, que también utilizaba la entidad de la capital del cemento, en sus clásicas ediciones.

"Califa" en el cemento

El 29 de abril de 1973, después de cinco años y medio, se cristalizaba la 16ª Vuelta de Tandil en el trazado de 17,450 kilómetros de Olavarría, con una competencia extensa sobre 30 vueltas totalizando 523,500 Km.

Una multitud albergó el circuito comprendido por la avenida Fortabat, las rutas provinciales 76 y 226 y el camino de Circunvalación. Una vibrante carrera, con Estéfano, Monguzzi y "Rody" Marincovich peleando por la victoria, que se definió en la recarga de combustible, el tucumano fue el que mejor hizo la operación logrando un triunfo determinante.

Nasif Moisés Estéfano con el Falcon de la Comisión de Concesionarios Ford, estableció 2 h. 44m. 24 s. 9/10 a 191,040 de promedio, para cubrir los 523,500 km, escoltado por el cordobés Angel Rubén Monguzzi con la Dodge GTX preparada por los hermanos Bellavigna, y el arrecifeño, "Rody" Marincovich (Chevrolet). Cuarto fue Juan Carlos Iglesias (Ford) y quinto Octavio y Pedro Suárez (Dodge).

Luego, Ricardo Ismael Iglesias (Ford), el piloto de Saladillo Carlos Giustozzi (Dodge) José Miguel Pontoriero (Dodge), Carlos Bianchi (Torino) y Juan María Traverso (Torino), quien ingresaría algunos meses más adelante como piloto oficial de la CCF, para reemplazar a Nasif Esféfano, fallecido trágicamente en el mes de octubre en Villa de Concepción de Aimogasta (La Rioja), durante el Gran Premio Reconstrucción Nacional.

"El Cóndor" voló en el 75

Mientras se formalizaba toda la documentación y se preparaba la tarea logística para el asfaltado del circuito tandilense, desde La Porteña, Montecristo, Curva de Marchini, Club Banco Provincia, cruce del Lago, Don Bosco y Paraje El Gallo, alrededor de 15 kilómetros, para unir los 32,200 del escenario, operación que iba a concluirse a fines de 1976, el 13 de julio de 1975, el TAC volvía a utilizar el semipermanente Luciano Fortabat para desarrollar la 17º Vuelta de Tandil. Una jornada con alta convocatoria en el marco del 5to. capítulo del certamen.

En esa oportunidad, cambiaba el cronograma, los compromisos extensos superando los 500 kilómetros iban quedando marginados, y tampoco a partir de junio de ese año, se permitía utilizar nafta 100-130 octanos (aviación).

En consecuencia, para la nueva edición serrana, se disputaban dos series a 6 giros, obtenidas por Jorge Recalde y los hermanos Suárez y una final a 14 vueltas para cumplimentar 244,300 km.

Los Ford marcaban tendencia en la capital del cemento. Recalde y "Pirín" Gradassi mostraban la contundencia de los autos de Pacheco. El "Condor" de Traslasierra con el Falcon semioficial, se llevaba la victoria en 1 h. 15m. 34 s. 6/100, superando por más de cuatro segundos a su coterráneo Héctor Luis Gradassi, quedando tercero Octavio y Pedro Suárez.

El "Flaco" Traverso con otro de Falcon de la CCF y motor del "Polaco" José Miguel Herceg lograba el cuarto lugar, delante de "Nito" Lizeviche con Dodge.

Completaron el club de los diez, Eduardo Sáenz, José Manuel Faraone, Daniel Sancho de Rosario, el "crédito" de Ucacha, Rommel Carlos Viglianco y Jorge Cosma (seudónimo Martin García) con Dodge.

Luis Orlando Sánchez / Vertigomotorsport.com