De la incertidumbre a la tranquilidad del alta
Para la familia Rosales terminó la espera y la estadía forzada en nuestra ciudad, a partir de la recuperación evidenciada por Matías, ciclista de 18 años, quien sufrió una violentísima caída en la tarde del viernes 2.
Para la familia Rosales terminó la espera y la estadía forzada en nuestra ciudad, a partir de la recuperación evidenciada por Matías, ciclista de 18 años, quien sufrió una violentísima caída en la tarde del viernes 2, mientras tomaba parte de la prueba para competidores Elite y Sub 23, que formó parte del programa organizado por la Unión Ciclistas Olavarrienses (UCO) en homenaje a la memoria del pedalista local Humberto Angel Corradi.
Para su padre, Gustavo, quien lo asistía en el circuito, fueron momentos de terrible angustia e incertidumbre, tras el traslado e internación de su hijo en el hospital municipal.
La situación, tras horas interminables de espera, comenzó a despejarse el día siguiente, cuando el joven recuperó el conocimiento. En la misma tarde - noche del viernes, el padrino de Matías, Gustavo Mangono, trasladó hasta nuestra ciudad a Karina, madre del deportista, y a su hermana Carolina, y desde entonces los tres estuvieron a su lado, primero en su internación en el Hospital Municipal "Dr Héctor Miguel Cura" y desde el martes en una vivienda del barrio Pueblo Nuevo, que UCO dispuso a tales efectos.
-Matías, ¿qué es el ciclismo para vos?
Empezó como un juego, era muy chico, hoy es todo, es el deporte que elegí, forma parte de un estilo de vida, es una pasión y me da una sensación de libertad. Me dio la posibilidad de viajar, conocer gente y compartirlo con amigos, entre ellos Agustín Fraysse, Jorge Yacuzzi, Axel y Ricardo Oronó….
-¿Le dedicás mucho tiempo?
Sí, porque entreno entre tres y cuatro horas todos los días, sea en la Ruta 226 o en la ruta a Miramar, que me permiten estar en forma y listo para competir en cualquier momento.
-¿Cómo viviste la prueba de Olavarría?
Salí junto a mi papá temprano desde Mar del Plata y fue un día espléndido, me fui alistando y a la tarde largué entre los Sub 23, me acuerdo hasta el momento que corta Pablo Brun iniciando la fuga, acelerando contra el borde, a la que luego se suman Alborzen y Fredes. Tras una vuelta de seguirlos decido meterme en el pelotón de persecución donde éramos 16, quedando luego el mayoritario…..
Y hasta ese momento de los primeros giros de una prueba pactada a una hora y cincuenta minutos de duración recuerda Matías…
La voz del relator Mario Di Martino anuncia una nueva caída de un ciclista a la altura del pórtico de acceso al autódromo, desde el Camino de los Pueblos, acudiendo al sector rápidamente una de las ambulancias afectadas a la prueba.
La imagen para Gustavo, padre del ciclista, no era la mejor… "Matías se clavó de cabeza, no tenía raspones en el cuerpo, si sangre en la cara, rompió el casco y estaba inconsciente, fue subido a la ambulancia que rápidamente lo trasladó al hospital". "Son doce años de acompañarlo y uno algo entiende, esto no fue una caída común, hay gente que vio algo, alguien lo tocó, lo empujó, aunque parezca increíble, porque ese tipo de caída no se da así no más…entiendo que quien vio algo tiene que hablar y que los comisarios deportivos deberían tomar intervención, porque esto no se puede volver a repetir".
El pronóstico sobre Matías era incierto llegada la noche del viernes, no respondía, la desaceleración del cerebro le produjo un sangrado y había que esperar, si se obstruía la arteria había que operar.
Esa madrugada su familia fue a la casa y retornó al hospital para encontrarse con la novedad alentadora, Matías se había despertado y podía hablar, de allí en más todo fue evolucionando hasta ayer en que fue controlado por el neurólogo. De todas formas en un mes se debe realizar otra tomografía y además hacer el control oftalmológico en la parte afectada del ojo, donde aún pupilas y párpado no responden en plenitud. Gustavo Burgardt / Especial para EL POPULAR.