Mateo Mendía, un talentoso zaguero central de 19 años, ha recorrido un camino impresionante desde su ciudad natal, Loma Negra, hasta convertirse en parte de la reserva de Boca Juniors, uno de los clubes más destacados de Argentina. En una entrevista, Mateo comparte detalles de su emocionante viaje.

Desde los 12 años, Mateo ha estado ligado al mundo del fútbol, inicialmente dando sus primeros pasos en el equipo local, Celeste. Sin embargo, su vida tomó un giro significativo cuando, a través de la intervención del director técnico de Loma Negra, Abelardo Caravelli, tuvo la oportunidad de probarse en Boca Juniors. Acompañado por su padre y abuelo, dejó su hogar para seguir su sueño de jugar en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

La transición no fue fácil al principio. Vivir en la pensión del club, a solo dos cuadras de la emblemática Bombonera, significaba adaptarse a una nueva vida en Buenos Aires. Con alrededor de 80 jóvenes de diversas edades compartiendo el espacio, que van desde la novena hasta la cuarta división, Mateo experimentó un cambio significativo en su rutina diaria.

Desde la exigente rutina de entrenamiento hasta la convivencia en la pensión, Mateo ha abrazado cada aspecto de su vida futbolística. Se levanta temprano para viajar al predio de Ezeiza, donde las jornadas comienzan con ejercicios en el gimnasio, seguidos de entrenamientos con el equipo de reserva. Después de almuerzo, regresa al barrio de La Boca en micro.

Con la secundaria completada, las tardes de Mateo se destinan a su pasión por el fútbol. Hace siestas, estudia inglés y se ejercita en el gimnasio, incorporando elementos de neurociencia y potencia en su entrenamiento. Por las noches, las cenas en la pensión ofrecen un espacio para la camaradería entre los jóvenes futbolistas.

Dentro del campo, Mateo ha asumido un papel de liderazgo como zaguero central y capitán en ciertas ocasiones. Prefiere un estilo de juego más técnico, evitando la rudeza, y busca ser un jugador lírico. Su admiración por jugadores experimentados como Marcos Rojo en Boca lo impulsa a aprender y mejorar constantemente.

Aunque está lejos de su hogar, Mateo encuentra consuelo en la compañía de amigos olavarrienses y de Loma Negra que también están en Buenos Aires. Los fines de semana libres los dedica a pasear y compartir mates. Con un enfoque dedicado y un sueño claro en mente, Mateo Mendía sigue trabajando arduamente para alcanzar la cima y hacer realidad su sueño de jugar en la primera división.