Dilma entregará la Copa
"Voy a entregar la copa el domingo y hago fuerza para que sea para Brasil", afirmó Rousseff en un intercambio de mensajes con sus seguidores en Facebook al confirmar su presencia en la final.
Pese a que la FIFA y voceros del gobierno brasileño ya habían anunciado la presencia de la jefe de Estado en la final y su disposición a entregarle la Copa al capitán de la selección vencedora, Rousseff hasta ahora no se había pronunciado sobre tal posibilidad.
Su respuesta puso fin a las versiones según las cuales la gobernante, que aspira a ser reelegida el 5 de octubre, no iría al Maracaná para evitar los abucheos e insultos que sufrió el 12 de junio de parte de algunos asistentes, cuando acudió al estadio Arena Corinthians de San Pablo para participar en la ceremonia inaugural del Mundial.
Pese a que no se refirió a los grupos que criticaban el Mundial y que amenazaban con protestas, lo que no ocurrió, la Presidenta dijo que, por el contrario, los brasileños ahora piden para que el evento no termine o para que sea organizado otro.
"Antes decían que no habría Mundial. Ahora mucha gente quiere más Mundial. Todos quedaron con ganas de más", dijo en la red social.
La mandataria aclaró que por ahora Brasil tendrá que conformarse con los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, ya que otro Mundial "tal vez en la próxima década", citó la agencia EFE.
En referencia a los críticos que alegan que los estadios se convertirán en "elefantes blancos" después del Mundial, dijo que todas las infraestructuras usadas fueron construidas para el servicio de los brasileños en las próximas décadas y no para un evento deportivo.
"Lo que queremos es que el Mundial sirva para ampliar la asistencia a los estadios mediante la valorización de los jugadores, del fútbol y de los clubes. Si un `crack` permanece en Brasil porque tiene condiciones de quedarse en Brasil, pueden estar seguros de que los estadios estarán llenos de hinchas" puntualizó.