El autor de la obra
Daniel Lovano / dlovano@elpopular.com.ar
Dentro de una semana, el lunes que viene antes de la hora del almuerzo, pueden pasar cosas muy importantes para Olavarría y para Pablo Hoffmann.
El suarense que llegó en 2009 a Estudiantes, y se puso a trabajar con un grupo de chicos, comparte hoy la espera en Huacho con Agustín Vernice, el diamante sin pulir que se encontró a la vera del Tapalqué y lleva su presente como una de las máximas apuestas del deporte argentino en los Juegos Panamericanos de Lima que arrancarán el miércoles, pero ofrecerán el viernes el acto de apertura.
Para el sábado a la mañana están previstas las eliminatorias de K1 y K2; el lunes se correrán las dos finales y Pablo Hoffmann será un hincha más, muy distinto por su pasado, y también por su presente, con el escudo de la FAC impreso en el buzo.
"Llegué a Olavarría saliendo del verano y siempre vi a Agustín como un fanático del entrenamiento. Antes de que llegara me habían comentado eso. A pesar de que el K1 es un bote muy inestable, los chicos cuando empiezan suelen caerse el agua, pero a él no lo importaba nada. Aún en invierno" recordó.
"En realidad yo fui a dar una charla en un campeonato Provincial. Después asumí y me tocó un grupito muy lindo de menores, y con ellos fue un placer trabajar. Después algunos dejaron, hubo recambio u optaron por otros deportes, pero él siguió firme, y siempre creciendo" acotó.
Pablo fue su entrenador, su formador y su coequiper. "Haberlo tenido como compañero de entrenamiento, porque yo además de entrenar a los chicos seguía corriendo en Master, creo que le supo sacar jugo, porque metió una muy buena base aeróbica a los 15 ó 16 años, que tan importante fue para su desarrollo posterior" mencionó.
Hasta 2013 estuvo en la Ciudad, en 2014 se marchó convocado por la Federación Argentina de Canoas para trabajar con el staff técnico del equipo nacional masculino, y ahora Pablo Hoffmann está en Perú cumpliendo el mismo rol, pero con las damas.
La Albúfera de Medio Mundo, en Huacho, de a poco va perdiendo esa imagen de páramo en medio del desierto. "Día a día se ven cambios grandes. Hace unos días, cuando llegamos, no había nada. Parecía que no se iba a competir acá, pero en poco tiempo armaron una buena pista y siguen trabajando con todas las instalaciones. Parece que va bien todo" describió ayer desde tierra incaica.
Sin referencia del escenario que albergará las pruebas, los GPS y algunos materiales llevados desde la Argentina para "boyar" sirvieron para medir las perfomances de los y las palistas, ante la inminencia de los Juegos.
"Acá hay entusiasmo, hay buenas expectativas en cuanto a resultados. Tal vez este Panamericano sea una buena oportunidad para nosotros. El Juego anterior, en Canadá, con el local como principal contrincante y con un gran equipo cubano, fue mucho más difícil. Hoy creo que estamos para pelear de igual a igual en muchas pruebas" anticipó Hoffmann.
Agustín tiene que ver con el cambio de era en el canotaje continental. "En este momento estoy trabajando con el equipo femenino, pero con Agustín tenemos una relación muy grande, lo conozco desde que tenía 14 años. Trabajamos en el mismo lugar, entonces hay mucho diálogo en el día a día" reveló.
"Siento un orgullo grande haber sido su formador. Siempre dije que es un deportista con el que todos desearían trabajar por su forma de ser. Es de escuchar, es muy respetuoso y el profesional que sea -porque nosotros somos un grupo multidisciplinario-, cuando habla con él se encuentra con un chico que trabaja muy bien. En mi caso, desde que empecé con Agustín fue más ponerle el freno que alentarlo, porque siempre ha tenido un entusiasmo muy grande" subrayó.
En aquellas charlas con Pablo Hoffmann de su estadía en Estudiantes, en la ribera del arroyo, siempre de su boca salían palabras que prefiguraban esta realidad. "Cada buen resultado hablaba con Claudia (la mamá de Agustín), ella se ponía muy contenta, y yo le decía que aún había muchísimo más para dar" recordó.
Si en el repaso desde 1951 casi no hay rastros de olavarrienses en Panamericanos, el valor de estos Juegos lo otorgan las leyendas que compitieron y ganaron medallas doradas: Delfo Cabrera, Michael Jordan, Mark Spitz, Carl Lewis, Javier Sotomayor, Arthur Ashe, Teófilo Stevenson, Sugar Ray Leonard, Greg Luganis, Félix Savón, Oscar Smith, David Robinson, sólo por citar algunas.
"Para nosotros un Juego Panamericano es algo grande. Más allá están sólo los Juegos Olímpicos, y para Agustín estar en Lima es muy, muy importante, y este año está con todas las posibilidades de llevarse la medalla dorada" anticipó Pablo.
"En 2018, frente a los mismos rivales, mostró un gran nivel en Canadá, y eso que fue un año un poquito difícil, porque tuvo un problema de salud antes de la Copa del Mundo y no llegó a su plenitud. Este año viene muy bien trabajado", opinó.
Cinco días faltan para el comienzo del canotaje en Lima 2019, en una semana serán las finales. "Uno tiene el deseo y el sueño de que logre la dorada, y creo que está para eso. No hay que festejar nunca por adelantado, pero los pronósticos están hechos. Hay que cuidar bien el camino y la salud. Acá las condiciones son bastante estables y el clima es muy parecido todos los días. Venimos bien encaminados", cerró quien vio primero que nadie al fenómeno.