Las autoridades de la carrera tomaron la decisión cuatro horas después del horario previsto para su inicio (a las 10 de Argentina) y tras varias postergaciones parciales a la espera de una mejora del tiempo.

Cuando las precipitaciones habían disminuido, los 20 pilotos salieron a probar sus máquinas y dieron dos vueltas controlados por el Auto de Seguridad, lo que implicó la apertura formal de la prueba, y en ese momento comprobaron las casi nulas condiciones de visibilidad, que implicaban un altísimo riesgo de accidentes.