Entrevista Capitana de Oro

Maira tiene 22 años, es nacida y criada en Muñoz, paraje distante unos 47 kilómetros al oeste de Olavarría. Ubicado sobre el Ferrocarril General Roca que une a Constitución de Buenos Aires con Bahía Blanca. El tren sólo pasa sin detenerse por el paraje cuya población es considerada rural dispersa por el último censo del 2010.

Maira vivía en un principio a dos cuadras del Club y después al papá lo trasladaron por cuestiones de trabajo y se fueron a vivir más cerca de la escuela de La Moderna. Hizo los primeros años del primario, y terminó el secundario.

El primario lo hizo en la Escuela Nº 36, 25 de Mayo, de Muñoz. Después se fue a La Moderna y finalizó los estudios secundarios en la Escuela Nº 48, que tenía una extensión de la secundaria Nº 20 que se encuentra en San Martín y Chacabuco de Olavarría.

No tenía atracción por la vida campestre. Su hermano menor fue siempre más apegado a las tareas rurales. Sólo ayudaba a su mamá en distintos quehaceres domésticos. Sí, le gusta mucho leer, por lo que se quedaba mucho tiempo adentro de su casa.

- ¿Cómo siguió tu vida una vez terminada tu formación secundaria?

- "Después de ahí no me quedó otra que venirme a vivir acá a Olavarría porque yo quería estudiar medicina. Si bien no lo estoy haciendo ahora. Fue un cambio bastante grande, más allá de que a diferencia de otros chicos yo venía seguido acá, pero irme de mi familia que somos re unidos a estar sola prácticamente y en el ambiente universitario donde vos sos un número, nos sos Maira Osez como era en el secundario, porque allá nos conocíamos todos. Y me tuve que ir adaptando porque ya hace como cinco años que vivo acá".

- ¿Y acá cómo te arreglaste para vivir?

- "En primer lugar me vine a vivir a una pensión en el barrio CECO II porque me quedaba mucho más cerca de la Facultad. Ese primer año hice el ingreso a medicina y cuando todavía era eliminatorio y no ingresé, me quedé afuera por un punto. Así que ahí yo ya tenía algunos trabajos, pero no quería estudiar otra cosa, quería seguir preparándome para el año siguiente volver dar el examen, por insistencia de mis papás más que nada, así que ahí me anoté en San Antonio, en Instituto 22 e hice el primer año de Biología para después volver a dar el ingreso a Medicina. Cuando aprobé me aboqué a eso, pero yo seguí trabajando y por ese motivo decidí dejarlo. En el 2018 dejé la carrera. Y en el 2019 me enganché con Sociales acá en el Instituto. El Profesorado, que luego se divide en Historia o en Geografía. Seguro elegiré geografía porque me gusta más, es más dinámico".

- ¿Cómo nació tu afición por el fútbol?

- "Yo lo empecé a practicar más cuando me cambié de escuela. Cuando empecé el secundario. Mis compañeros eran todos varones, más grandes y yo era la única mujer que jugaba con ellos. Tenía compañeras pero no les interesaba mucho o por ahí a las mamás no les gustaba que jugaran. Y así yo era la que se metía entre todos los varones, agarrábamos la pelota y teníamos una canchita de fútbol enfrente de la escuela que había que cruzar la calle. La preceptora nos miraba hasta que cruzábamos la calle y después que se iba nos matábamos porque ellos no hacían diferencias porque al principio, me consideraban más como era mujer, pero en el segundo igual era lo mismo porque jugábamos de igual a igual. Eso estuvo bueno porque nunca me sentí discriminada. Jamás escuché un marimacho o ese tipo de cosas. Ni de mis compañeros ni de mi familia. Si bien soy la única de mi familia que le gusta el deporte, porque a ellos les gusta más las cosas de campo, pero jamás me sentí discriminada".

- ¿ Cómo fue que empezó Muñoz en la Liga del Fútbol de Olavarría?

- "Claudio Pinedo hizo difusión de que se iba a formar la liga. El primer DT que nosotras tuvimos fue José Luis Cerrudo que la hermana está jugando con nosotras hoy en día. Él es de Muñoz y había jugado allá. Le puso todas las ganas. Al principio éramos la mitad de Muñoz y las otras chicas conocidas del fútbol barrial o de un encuentro de fútbol cinco, como Camila Mattaini o Agustina Armendano. Esas chicas sintieron tanto la camiseta de Muñoz como las que nacimos ahí. Eso fue algo lindo. Nos dimos cuenta que podíamos transmitir lo que nosotras sentíamos. Ellas representaban a Muñoz y no sabían ni siquiera dónde quedaba. El primer año hicimos una cena en el club y fuimos todas para allá y ahí conocieron dónde quedaba Muñoz. Pero bueno, se pusieron la camiseta y le pusieron todas las ganas".

- ¿El equipo nació con ellas también no?

"Totalmente, son jugadoras de la primera hora de Muñoz. Arrancaron con nosotras y hasta ahora siguen. Si bien hemos tenido a algunas chicas que se han ido, otras han vuelto. Pero bueno, lo importante es, como decimos nosotras, mantenernos. Porque para nosotras es importante que Muñoz siga participando. Imagínate que en el fútbol de campaña ahora se juega con la misma modalidad con la que se juega el femenino. Se juntan en un solo club cada quince días todos los equipos. Vos imagínate que en Muñoz se abren las puertas del club una vez al año. Es más, cuando el fútbol de campaña estuvo dos años en pausa para nosotros era re difícil porque sentíamos que éramos las únicas representantes que le seguíamos dando vida a Muñoz".

- ¿Qué significa para vos el fútbol?

"Siempre me gustó. No es que un día me cayó la ficha y dije: Huy me gusta el fútbol, pero creo que no me vería con otra camiseta que no sea la de Muñoz. Si bien jugué con la camiseta de Salud cuando fuimos a Tandil para las Olimpíadas que logramos ganar el primer puesto, jugando con Lucía Reyes, yo no me imagino con otra camiseta que no sea la de Muñoz. Y por ahí adentro del equipo tengo compañeras y tengo amigas y más allá de que me gusta el fútbol me gusta entrar a la cancha y ponerme la camiseta de Muñoz todos los domingos con esa gente. Es lo que más me mueve".

- ¿A esas amistades las hiciste con el fútbol?

- "Sí, mirá, incluso Mili Berho, la hermana de Naty, cuando nosotras estábamos en Muñoz, teníamos poco trato y nada. Cuando empezamos a jugar nos hicimos re amigas. Tengo amistades como Camila (Mattaini) que la conocí el primer día que fuimos a entrenar y ahí empezó. Eso te da el fútbol, conocer mucha gente, muchas modalidades, otros valores.

"Muñoz se ha caracterizado por eso. Capaz que no tenemos una Messi en el equipo, pero hemos ganado muchos partidos a pura garra, porque a veces es lo que más te lleva a salir adelante. Ponerle ganas.

"A nosotras, como a Tres Hermanos de Blanca Chica, se nos ha complicado jugar la localía en nuestras canchas porque no te dan los números. Y el tema es que va muy poca gente. Pero jugar allá, como le debe pasar a Tres Hermanos, es lo más lindo que te puede pasar. Salir con la camiseta en tu cancha, en tu vestuario y con tu gente. Porque hay gente que no puede venir a verte nunca o no viene a la ciudad por tema de trabajo y el domingo que jugaste en tu cancha estuvo ahí alentando y hay mucha gente hasta emocionándose. Gente que te vio nacer, que te ven representando esos colores, que quizás nunca se imaginó el fútbol femenino en su cancha. Eran cosas que siempre anhelábamos".