Por Sergio Mandrini (*) 

Para mí es difícil hablar de Pedro De la Vega porque es un chico de Olavarría, conozco a los padres, sé cómo la pelearon. Cuesta ser imparcial, pero la verdad es que se trata de un futbolista con unas condiciones impresionantes.

Es unas de las mejores apariciones que hubo en el fútbol argentino en el último tiempo.

El está dando dos años de ventaja con el resto de sus compañeros, pero la manera en que se desenvuelve, cómo se mueve, su desempeño dentro de una cancha es de un chico mucho más grande.

Pedro está evolucionando además de una manera increíble.

Lo veía en este partido, contra un muy buen equipo del ascenso español como es el Villarreal "B", con rivales de mayor edad, y no me dejaba de sorprender la forma en que pidió la pelota, cómo la cubría con el cuerpo.

Este chico tiene un gran futuro, porque además de los valioso que es como futbolista, su cabeza y su entorno lo hacen mucho más valioso aún.

En este amistoso lo tuve casi todo el tiempo al lado, a tres o cuatro metros porque se jugó en un complejo abierto, y lo vi físicamente más fuerte y más rápido que la última vez que había estado con él.

A Pedro le espera un grandísimo futuro.

Seguramente no se va a marear porque tiene la cabeza muy bien puesta; "tiene la cabeza amoldada", como dicen acá en España, y un entorno familiar que lo va a contener.

Si no pasa nada raro, Pedro es el futuro del fútbol argentino.

(*) Ex futbolista, representante olavarriense. Formado en Loma Negra, jugó 249 partidos en Primera División entre Ferro Carril Oeste y Platense. Estuvo ayer presente en el partido entre la selección Sub 20 y el Villarreal "B".