Platense recuperó su lugar en Primera
Platense regresó a la primera división tras 22 en el ascenso. Fue más efectivo en la tanda de penales y logró el objetivo.
Luego de ardorosos noventa y pico de minutos jugados bajo la lluvia, que finalizaron empatados 1-1, el equipo de Vicente López se abrazó a la gloria y regresó al máximo círculo del fútbol local, después de 22 años de ausencia.
En junio de 1999, con una derrota 0-3 con River Plate en el escenario de Avenida General Paz y Zufriategui, quedó consumado el descenso del ‘Marrón’ que -inclusive- pasó diez temporadas en la Primera B Metropolitana, mientras no fue habitante de Primera, ese ámbito que le fue familiar durante las primeras décadas del profesionalismo.
Estudiantes de Río Cuarto, como contrapartida, perdió su segunda chance de subir a Primera, a través de la misma vía y sin ser derrotado en el período regular. Es que el conjunto cordobés había sido doblegado por Sarmiento de Junín (4-3), también en los penales, luego de que la placa marcara una igualdad 1-1.
En el encuentro jugado en cancha de Newell’s, el conjunto ‘calamar’ se adelantó con una anotación de Matías Tissera (5’ PT). El once cordobés estampó la paridad con una definición de Ibrahim Hesar (38’).
El equipo de Vicente López arrancó con ímpetu, desbordando a su rival en el tramo inicial. Con la denominada ‘presión alta’, el conjunto del DT Llop incomodó al ‘León’ cordobés, obligándolo a cometer errores en la salida.
Luego de un aviso con un remate esquinado que se fue apenas desviado (1m.), el propio Tissera abrió la cuenta para el conjunto ‘calamar’.
A los 5’, Beraldi cedió peligrosamente atrás un balón, el zaguero Maffini no llegó a la cobertura y aprovechó Curuchet para habilitar al atacante, ex Newell’s y oriundo de la ciudad de Rojas, que definió a placer con el arco libre para decretar la apertura.
El gol hizo trastabillar a un Estudiantes nervioso, que no podía progresar por las bandas, debido a que los extremos Arismendi y Sepúlveda estaban bien tomados por los laterales del conjunto ‘marrón’. Pero Platense no aprovechó ese ‘momento de gracia’ y, con el correr de los minutos, empezó a tirarse ligeramente atrás.
Entonces, el conjunto riocuartense empezó a tomar confianza con las proyecciones de Suárez, con el criterio de Beraldi y la ubicación de Bottino, atento en el medio para cortar el circuito que pretendía imponer el tándem Bogado-Lamberti.
Y el atacante Hesar tuvo un gesto magnífico para determinar la igualdad. Iban 38 minutos, cuando el centrodelantero paró con el pecho un envío y, sin dejarla picar, la empalmó de aire para ubicar el balón junto al poste izquierdo de De Olivera. 1-1.
En el segundo período, la lluvia intensa resultó protagonista. Porque quitó piernas en los futbolistas y así el desarrollo fue tornándose impreciso. Pese a lo apuntado, los dos tuvieron sus chances, aunque en forma más esporádica. Estudiantes asumió la iniciativa y lucía más entero, desde lo físico. El equipo ‘calamar’, con las vitaminas a tope, pareció conformarse con sacar provecho de alguna réplica.
El conjunto cordobés tuvo la chance más nítida sobre los 38m., cuando Marcos Fernández remató fuerte y obligó al arquero De Olivera a una fenomenal atajada. Entonces apareció el ingresado Javier Ferreira para mandar la pelota a la red, pero el árbitro Néstor Pitana anuló la maniobra por presunta posición adelantada, marcada por su asistente, Gerardo Carretero. La decisión generó dudas.
En el tramo final, los nervios y el miedo a perder se apoderaron de la escena. Entonces, el partido terminó en tablas y el ascenso se dirimió en la tanda de los penales. Allí por la vía de la ‘muerte súbita’, el equipo de Vicente López fue efectivo y le otorgó la alegría inmensa a esa barriada bonaerense, más Núñez, Saavedra y otras zonas. Para intentar recobrar la estirpe que supo conseguir muchos años atrás.