Daniel Lovano / dlovano@elpopular.com.ar

Campeón de la LMF en 1979, clasificado para el Torneo Nacional de 1980, San Lorenzo de Mar del Plata programó para enero una gira por el sur del país que arrancaba en Bolívar, llegaba hasta Caleta Olivia, volvía por el Alto Valle y Neuquén para terminar con un amistoso frente al bata en la cancha de Racing.

El dato se escapó del olvido pocas semanas atrás, cuando al almanaque no le quedaban hojas previas al día marcado con rojo por estos 40 años del debut de Estudiantes en el Regional de Clubes Campeones del ''80.

Parece que el partido en el "Ignacio Zubiría" fue muy áspero, con piernas demasiado fuertes, hablado por demás; que no faltaron insultos y hasta sobraron un par de manotazos.

Ya se decía que, como una forma de paliar una especie de "lucro cesante futbolero", los dirigentes de San Lorenzo tenían decidido prestar todo su plantel a clubes del campeonato organizado por el Consejo Federal.

Una mitad estaba casi colocada en Rivadavia de Necochea pero, como presagio, luego del primer encuentro entre probables compañeros el futuro de la otra mitad no hacía más que ensombrecerse.

Reunidos para el recuerdo, Francisco Rago, Alejandro Mascareño, Jorge Fernández, Daniel Abelén, "Cacho" Martínez y Pablo Galay hoy coinciden en el relato humorístico de aquel arranque cuasi violento para un equipo que hizo historia.

Dos zafaron de la batahola: "Cacho" Martínez se lesionó en el comienzo de la gira, no volvió a jugar y aprovechó para volverse a Mar del Plata, donde su esposa estaba a días de dar a luz a María Soledad; "Quito" Galay le pegó derecho por una pérdida de peso a causa del desgaste.

"Pancho" Rago, que fue el intermediario para llegar a los otros cinco, también resultó uno de los primeros contactados por el mentor de la leyenda desde su rol de dirigente: "Tony" Pelliccioni.

"Al principio todos medio se miraban de reojo" reconoció.

Para los seis el Regional era importante en lo deportivo (los mantenía en competencia), pero también en lo económico.

"Sabíamos, estaba el comentario de que algunos nos íbamos a quedar en Olavarría. Yo estaba a prueba en San Lorenzo. Fue durísimo; nos pegamos mucho y terminó mal. Todos discutiendo, algunos separando" recordó el Abelén.

"Nos preguntábamos en el vestuario ¿acá nos vamos a quedar? Además sonaba ''Toto'' Di Muro, que al final firmó para Rivadavia, no yo para ir" acotó el "Torito".

Las caras del primer día juntos se describen con el tono de voz de Abelén y no hace falta explayarse más: "Fue tremendo. Llegamos y el sábado don Juan Stefanoni decidió concentramos en esa ''base militar'' (el Cerro Luciano Fortabat). Cuando conocí a don Juan dije ''acá nos matamos a trompadas todos''. Más buenazo, más sano, más pulcro no podría ser una persona, y nosotros éramos animales".

Jorge Fernández, que nunca se sintió cómodo con los medios, ni declarando, aportó. "Yo no soy de pelear, pero se terminó mal ese día. Después fuimos de refuerzos y la relación se hizo tan fuerte que aún hoy se mantiene" recordó el "2" del ''80.

En el primer vestuario terminó apareciendo un integrante que no volvió a separarse del grupo y fue clave en la cohesión: un grabador y la música de la mano del masajista, el "Misto" Lamarque.

Nadie sabía quién iba a jugar, pero el clima empezaba a cambiar...

"A los pocos días ya la aceptación de los chicos de Olavarría era maravillosa. Yo jugué en muchos equipos como refuerzo, en algunos me costó mucho entrar y pocos me recibieron de esa manera", acotó Galay.

El equipo, los once que salen de memoria (con Morales en lugar de Paternó), se supo el domingo, en la cancha, una hora antes del partido con Jorge Newbery de Junín, sin una sola práctica formal de fútbol.

Ahora, movieron y fue mágico...

"Cuando entramos al vestuario en el entretiempo ya éramos amigos de toda la vida. Nosotros, entrenando todos los días en San Lorenzo de Mar del Plata, jamás logramos un funcionamiento como el que tenía ese Estudiantes" graficó Abelén.

"Pancho" fue un testigo privilegiado de todo. "Lo que pasó con Estudiantes no pasa nunca. Si contamos lo que fue en una rueda de gente que no conoce nada, no lo pueden creer" sostuvo el arquero que tenía bien cuidadas las espaldas por otro grande del puesto, el "Bicho" Longhini.

"Yo, que podía verlos desde atrás, pensaba ''si no me mando ninguna cagada, no nos gana nadie''. Desde el primer partido, que ganamos 2-0 con baile" subrayó.

En Azul, contra Olimpo en Bahía Blanca y los dos frente a Newbery ocupan el "top four" de la campaña para "Pancho".

En el mismo sentido, Alejandro Mascareño subrayó que "salió todo bien desde el primer minuto. Disfruté mucho de ese equipo, de un apoyo de la gente muy pocas veces visto"

"Un partido especial para mí fue la revancha en Junín. Ellos tiraron el achique, con ''Cacho'' Martínez nos conocíamos de memoria; yo piqué, me puso la pelota en profundidad, gambeteé al arquero e hice el gol" dibujó el "4" que pasó por Racing de Avellaneda.

Galay admitió que "nunca había visto una cosa igual. Algunos de nosotros llegamos el sábado a Olavarría, los seis nos juntamos con los cinco de allá el domingo y parecía que habíamos jugado toda la vida juntos".

"A partir de ahí ese equipo fue una máquina. Nosotros no entendíamos nada; no podíamos explicar cómo funcionaba tan bien. Pero además entraba uno, ponían a otro, y el funcionamiento no se alteraba" explicó.

El análisis previo sostenido desde lo racional otorgaba pocas chances en el debut a Estudiantes, por esto que hoy se llamaría "improvisación" y por los kilates de la oposición.

"Eramos boleta antes de jugar -bromeó Fernández-. Algunos decían que nos íbamos a comer cuatro o cinco, porque Newbery era un equipo muy importante en aquel tiempo, con jugadores de mucho nivel. De yapa no estábamos amigados todavía con los de Estudiantes, vio... Cero onda, estaba muy fea la cosa, y nos salió un partidazo bárbaro. Terminamos todos amigos y abrazados en el vestuario. Fue el mejor equipo en el que jugué".

El segundo fue Rivadavia de Necochea, y del otro lado estaba su hermano, quien aún hoy recuerda "qué baile nos pegaron".

Martínez luego fue el que más trascendió. Figura en Huracán y en Español de los ''80.

"A todos nos sorprendió para bien, y nos sigue sorprendiendo cada vez que nos encontramos, la química que logró ese equipo desde el primer partido" dijo.

"Cacho" coincidió en una cuestión con los otros cinco: "Por ahí nunca se le dio el valor que tuvo, pero don Juan (Stefanoni) fue una parte esencial de ese equipo. Un gran tipo, genial".

Abelén hizo un par de menciones individuales. "Cacho Martínez me decía ''el rubio (Schawb) es una bestia''. Porque nosotros en San Lorenzo le dábamos la pelota a Loyola y Maldonado, ellos jugaban y nosotros nos teníamos que disfrazar de otra cosa. La ''Pantera'' laburaba, quitaba la pelota, la pasaba y llegaba al área. Era algo alucinante. El Pato (Bahl) era ligerísimo y tenía una pegada infernal".

Para Galay "los partidos más difíciles que jugamos fueron con el equipo de Mercedes (Vélez). Empatamos los dos. Muy duros, fuertes, golpeadores".

Cacho Martínez recordó el 6-2 contra Azul Athletic. "La caravana de vuelta a Olavarría; la recepción en el puente y desde allí hasta el club no me lo voy a olvidar nunca".

El cierre fue para la pregunta que nunca tendrá respuesta.

Es contrafáctico, pero nadie ha dejado de hacérsela: ¿qué hubiese pasado si no se atravesaba aquella inundación en su marcha?

"Nadie lo puede decir. No se puede hablar de supuestos, pero ese equipo podía hacer historia en cualquier lado. Ahora que lo vemos en la foto, estoy convencido de que fue el mejor equipo que vi en mi vida, y eso que con ''Cacho'' (Martínez) jugamos en Huracán del ''82, y salimos terceros detrás de Estudiantes e Independiente, pero no tenía nada que hacer con Estudiantes del 80" comparó el "Torito"

Mascareño fue mesurado: "Creo que éramos los mejores y, si no lográbamos la clasificación al Nacional, en la final estábamos seguro".,

Galay fue taxativo: "Quedate tranquilo que ganábamos la final y metíamos a Estudiantes en el Nacional del 80. Estoy convencido".

Fernández fue concluyente: "Estábamos para cosas grandes"

"Cacho" Martínez fue amplio en el concepto: "Ese Estudiantes hubiese llegado al Nacional y creo que también hubiese producido una transformación no sólo en Olavarría, sino en toda la región. No éramos sólo nosotros 6, sino un equipo, y no había diferencia de nivel con los jugadores de Olavarría".

"Pancho" Rago fue contundente: "Agrandado como veníamos, era imposible que se nos escapara la clasificación al Nacional. Estoy seguro".