No fue esa típica rueda de prensa; se pareció más a una sobremesa familiar, aunque tuvo un poco de las dos cosas. El bahiense Juan Cruz Zara, integrante de la selección argentina de softbol que se coronó el domingo campeona del mundo en Praga, recibió anoche un cálido homenaje en el Club Atlético Estudiantes.

Acompañado por su novia, la internacional olavarriense Emily Burgos, su padre y su hermana llegados desde Bahía Blanca, aquí tuvo como anfitriones a las autoridades albinegras y buena parte del ambiente del softbol olavarriense.

Por supuesto que una mayoría albinegra, pero también gente de Koalas de Racing se acercó al Parque Carlos Guerrero para recibir a uno de los protagonistas de otra hazaña del deporte argentino.

Lorena D''Onofrio dejó por un momento el bate, tomó el micrófono y cumplió a la perfección el rol de maestra de ceremonias, revelando intimidades de la corriente afectiva que existe entre Juan Cruz y Olavarría desde mucho antes que apareciera Emily en su vida.

La mesa estuvo integrada Carlos De la Vega (un viejo luchador de este deporte, que participó en el inició del proceso que cambió la historia del softbol argentino); el presidente del club Emilio Incaurgarat y tres jugadoras (Emily Burgos, Josefina De la Vega y Justina Blanco Fernández) reunidas por un denominador común: todas ellas saben lo que es y lo que significa ponerse la camiseta celeste y blanca.

La nota completa en la edición de este miércoles de Diario EL POPULAR