Daniel Lovano / dlovano@elpopular.com.ar

Sonó el teléfono en la Albúfera de Medio Mundo un par de días antes de las finales del K1-1000 y K2-1000.

De este lado del continente Valentino Vernice quería confesar al tío no sólo las ilusiones que tenía depositadas en las dos carreras, sino que era imperioso transferirle desde Olavarría una par de herramientas para asegurar el éxito.

Textual, el primer mensaje de whatsapp decía "te quiero pasar el poder para que des el golpe de gracia en la final", y en el otro "después te paso otro para los últimos cien metros".

No se sabe si en el primero se refería al desarrollo del K1-1000, pero por lo menos el segundo en la final del K2-1000 fue efectivo.

Después de las carreras Valentino mandó otro mensaje y exigió su recompensa: "Tío, estoy emocionado porque ganaste. Si estás ahí decime si te puedo llamar".

La respuesta llegó por otra vía: recién bajado de los botes, el tío Agustín dedicó las dos medallas doradas a Valentino frente a las cámaras de todo el continente. ¿Reconociendo su incidencia?

Valentino fue parte de la familia Vernice que, en pleno, aceptó la invitación y se reunió alrededor de un grabador en la casa de Franco (hermano de Agustín) para contar intimidades del inolvidable mediodía del 29 de julio de 2019.

Participaron además papá "Pucho", mamá Claudia, su cuñada Magui (mamá de Valentino) y el otro hermano Guido.

Claudia se refirió a la espera. "En la previa lo vivimos con unos nervios espantosos, pero confiando siempre que es capaz de dar su mejor versión, como él siempre dice. Sabemos que trabaja muchísimo para esto todo el año, todos los días del año, y que en cada carrera va a dejar hasta el último suspiro" dijo.

A papá "Pucho" le han hecho fama de "flojo" frente a la emociones fuertes. En este caso, lo desmintió con énfasis: "No me emocioné, pero sí estoy muy feliz por nosotros y por él. No le pasa a todo el mundo que tanto esfuerzo, tanto sacrificio se vean reflejados en los resultados. Por suerte con Agustín se cumplió".

Franco fue a otro lado. "A mí no me produjo tanto nerviosismo como en algún Mundial. Si bien él nunca dice nada, porque no quiere que nada pueda condicionarlo psicológicamente, estaba muy bien preparado y tenía muy buenos antecedentes con todos los rivales" acotó.

"Yo creo que Agus hoy está mucho más preparado que hace dos o tres años, cuando empezó a competir a nivel internacional y haber ganado en estas dos modalidades, previo al Mundial, le va a ayudar" dijo Guido.

"Cuando venga el Mundial creo que me voy a poner más ansioso, porque va a estar en juego la clasificación a Tokio 2020 y no son muchas las chances para un palista de estar en un Juego Olímpico" reflexionó Franco.

La familia entera lamentó una imposición del comité organizador que pasó inadvertida.

"Agus hizo todo lo posible para correr en Lima con el logo del ARA San Juan y el nombre de Diego (Wagner Clar) en el bote, pero no se lo permitieron porque en el movimiento olímpico no pueden existir ningún tipo de inscripciones. Lo tuvo en los entrenamientos y para las carreras lo debió sacar, pero en el Mundial van a estar" adelantó Claudia.

Guido no pensaba "que iba a ganar en el K1 por tanta ventaja. Se ve que estaba muy, muy preparado".

Franco estaba avisado sobre lo que podía pasar en la final de K2, más allá de la receta de Valentino. "Agus me anticipó algo; me dijo que en la semana previa habían andado para atrás, que había fallas de acople y necesitaban arreglarlas. Por eso pensaba que en caso de ganar iba a ser por una diferencia menor, y así terminó siendo".

"En el K2 también debieron ajustar en base al desgaste que había tenido Agustín un rato antes. Ellos cada año se preparan para un objetivo, y acá tienen dos campeonatos importantes, y más de una carrera" precisó "Pucho".

La familia Vernice no tiene cábalas, aunque sí una costumbre: como la mayoría de los torneos internacionales han sido en Europa, y las competencias en horas de la madrugada, cada uno lo mira en su casa. "No hay cábalas, aunque una debe ser la fecha, porque el mismo día, dos años atrás, ganó el Mundial Sub 23" recordó Franco.

"Si llega a Tokio seguramente nos vamos a juntar" comentó enseguida.

"¿Seguramente? A mí no me esperen. Sabés el avión que me tomo, ¿no?" retrucó de inmediato Guido.

Cada uno eligió su momento en la mañana del lunes. "A mí me conmovió cuando hizo referencia en sus declaraciones a Diego Wagner Clar" apuntó papá.

Mamá Claudia rescató "ese gesto de victoria, cuando levantó la mano, cuando golpeó el bote" y Guido "verlo en la TV Pública, en TyC Sports, en ESPN, en los canales de noticias. Lugares en los que uno nunca se hubiese imaginado que lo iban a nombrar".

Guido se sorprendió también con el eco en redes sociales. "A mí me llamó la atención que yo estuve 27 años para tener 700 seguidores en Instagram; Agustín en once minutos sumó 1.100 y llegó a casi 8 mil. Creció 5 mil en un día" subrayó.

Guido y Claudia, como muchos, lamentaron que Agustín no pueda venir directamente desde Lima a Olavarría para ofrendar sus medallas a los afectos y a la Ciudad. El viernes la delegación vuela desde Lima hacia España para preparar el Mundial de Hungría, clasificatorio para Tokio 2020.

"Ese es un peldaño de la escalera al que quiere llegar. El quiere estar en los Juegos Olímpicos" completó la mamá, mientras el papá opinó que "el canotaje no es como el tenis. Cuando juegan los mejores del ranking los torneos los ganan más o menos los mismos. En un campeonato del mundo de canotaje pueden pasar muchas cosas, con seis o siete figuras que se van alternado en el primer puesto".

"Hablé con él antes de viajar y quería venir por la familia, y tener unas horas acá para renovar las fuerzas" contó Magui.

"Es una pena que no venga, porque se enfría todo. Recién va a estar de regreso en Olavarría dentro de un mes y medio" lamentó Guido.

"Por ahí viene con otra medalla" alertó Claudia.