Fotos: Marcelo Kehler

Más temprano de lo esperado, a Estudiantes se le fue el sueño. Libertad le ganó este viernes 79-68 en el Maxi, barrió la serie final de la Liga Argentina 3-0 y rubricó su regreso a la Liga Nacional de Básquetbol exactamente un año después de su despedida.

Para Estudiantes, una vez más, como sucedió en el otoño del año pasado con Comunicaciones de Mercedes, vaya paradoja: en el momento que más lo necesitaba no pudo hacer pesar la inexpugnabilidad de su fortín, donde sólo perdió el primer partido de esta temporada y el último.

Ese animal del gol que se llama Bruno Barovero, con 29 puntos, fue el máximo goleador de la noche, mientras Zago hizo 18; Alejo Montes el principal goleador de Estudiantes con 21, seguido por el Pato Rodríguez con 15.

Libertad fue más de punta a punta, ratificó sus galones y en este tercer juego cuando parecía que Estudiantes podía tirarle toda su mística y la del Maxi, no le dio chances. Manejó el partido y se llevó la copa hacia la provincia de Santa Fe.

Picó al frente desde la primera pelota y nunca dejó la manija del partido. Se escapó 8-2 con 6 minutos por jugar para el primer cuarto, una bandeja de Essengue y un triple de Rodríguez pusieron a Estudiantes a sólo un punto, pero ese espejismo duró un suspiro.

Libertad estiró la ventaja 19-10 con un minuto y medio por jugar y cerró el primer parcial con una luz respetable (21-16). Pero nada que no haya podido remontar -aún en su casa- Estudiantes a lo largo de este torneo. Bueno, en esta final y ante este adversario, no fue el caso.

Pero más allá de cualquier consideración, hubo una ráfaga de Libertad que terminó de marcar la tendencia del partido. Estudiantes se puso 20-22 con 7 minutos por jugar en el segundo parcial. El Maxi creyó que se podían repetir otras noches de remontada, Libertad no lo dejó.

Un doble y un triple de Landoni; dos personales, un acierto de dos y otro dos más allá de la línea de Barovero y un triple de Copello protagonizaron una escapada 18-1 de Libertad en cuatro minutos que condenaron a Estudiantes. Pronto la gente miró para arriba y el tablero decía 40-21 para Libertad.

Hubo una reacción de Estudiantes, para irse al descanso a sólo 9 (33-42), pero siempre la tuvo que remar con una diferencia que osciló entre los 7 y los 10 puntos. Dos veces el Maxi se encendió, creyó, cuando se puso a 5 (47-52 con casi 4 por jugar) y a 4 (51-55 con un minuto para el último descanso).

Esa tendencia se replicó en el último segmento. Estudiantes intentó siempre desde atrás, se esforzó hasta ponerse un par de veces a 4, pero Libertad siempre tuvo la templanza y las apariciones como para apagar las reacciones albinegra.

Llegó el final, el Maxi (esta vez no tan colmado como el año pasado con Comunicaciones) vio la coronación de Libertad. La Copa se la llevó el mejor de la temporada, que sí lo pudo demostrar en esta serie final. 

El público despidió a su equipo con una ovación y el campeón pudo celebrar su ascenso como debe ser, adentro de la cancha, ante la mirada respetuosa del derrotado.

Un triunfo para Estudiantes que no ocupa lugar en las vitrinas, pero que igual vale mucho.