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El pasado siempre vuelve. Quizás no de la forma que queremos, pero ahí está igual para mostrarnos que todo aquello que parece haber sido olvidado, o que preferimos callar, tarde o temprano vuelve a aparecer en nuestras vidas. Los resultados a veces no son los pretendidos, pero igual habrá una enseñanza. Nos guste o no. En su nueva novela Gabriela Exilart partirá de esta premisa para desentrañar el pasado de sus personajes.

María de la Paz Noriega quiere ser escritora. Subyugada por todo lo que ha leído ha decidido que su futuro va en ese sentido. Poco importa que cada vez que se sienta a escribir la mayoría de las veces no queda conforme con aquello que ha escrito y todo termina en un bollo en un tacho de basura. Pero igual ella insiste con escribir una narración que la deje conforme.

Cuando encuentra un papel ajado en una prenda de su padre empezará a tirar del hilo que lo une con la Guerra Civil. Al principio sólo encuentra una negativa. Su padre se niega hablar de esos tiempos y el recuerdo de haber perdido un ojo no hace más que complicarlo todo. Pero María de la Paz no se da por vencida.

El papel tiene un nombre y asegura que tiene información sobre el origen de su padre. Bruno Noriega fue abandonado siendo un bebé y esa historia nunca estuvo completa ni para él, que se negó a saber más, ni para su familia.

Por ese motivo María de la Paz abandona su Gijón natal para establecerse en Burgos, la ciudad donde la lleva la investigación. Ella viaja por dos cuestiones que tiene bien claras: escribir una historia y conocer el pasado de su padre. En aquel lugar, donde no conoce a nadie, buscará las respuestas que ansía aunque su familia no esté de acuerdo con todo ello.

Pero la joven aprendiz de escritora no se detendrá hasta saber la verdad. En medio de sus investigaciones se cruzará con varias personas pero será Antón quien despierte en ella un sentimiento tan fuerte que la hará tambalear. Hay algo en ese hombre y ella está decidido a saberlo todo.

Una vez más Gabriela Exilart nos sumerge en una novela donde sus personajes se encuentran atravesados por el amor y los hechos históricos. La trama de "Secretos al alba" comparte la línea argumental de dos de sus novelas anteriores, "Tormentas del pasado" y "En la arena de Gijón", pero es quizás en esta última novela donde el trabajo narrativo de la autora marplatense se afianza.

El recurso del flashback permite una lectura dinámica, logrando que el lector se sumerja plenamente en la historia que cuenta. Además de mostrar un período de la Guerra Civil española, sus causas y sus víctimas, se anima a narrar las múltiples formas de violencia que debían soportar las mujeres. Es por eso que el personaje de María de la Paz Noriega va creciendo en la trama.

En definitiva, con Secretos al alba Gabriela Exilart vuelve a demostrar por qué es una de las referentes de la novela romántica.