Romero dijo "el alemán es una raza bárbara, es un perro inteligente. Lo que sí, como toda raza tiene sus problemas. Es una raza bastante rústica en comparación de otras que hay ahora sobre todo nuevas, que son más problemáticas. Lo del ovejero alemán generalmente son la displasia de cadera" explicó Romero, al tiempo que agregó "es algo que han mejorado muchísimo los criadores, han ido seleccionando perros sin displasia de cadera". Sin embargo, a pesar de los certificados, hay condiciones que van mucho más allá del papel. Como el amor y las enfermedades, o patologías.

"Ahora ya es la excepción el perro que tiene displasia de cadera" consideró el veterinario.

Respecto de cómo prevenir este dolor en los huesos del animal, Romero indicó que "lo que generalmente se hace es en forma rutinaria son radiografías de control cuando empiezan a aparecer síntomas, como para diagnosticarla en forma temprana y tomar precauciones para evitar que cuando lleguen a ser viejos, tengamos problemas graves".

A través de una simple radiografía -que ahora también el costo es más accesible-, "perfectamente uno clasifica si hay displasia, qué grado y en base a eso, se toman medidas terapéuticas, medicamentos, medidas también de control de peso, de ejercicio. Todas medidas que hacen que tengan una buena calidad de vida cuando el animal llega a ser un animal adulto y viejo" resumió.

También hay actividades y situaciones que pueden acelerar la aparición de esta displasia. Como ejemplo, el veterinario contó que "claramente las escaleras, subir a la camioneta, subir al auto, los ejercicios descontrolados", y apuntó a las recomendaciones para perros de esta raza. "Lo ideal es que estos perros estén entrenados y entrenados físicamente. La mejor manera es que tenga un ejercicio rutinario continuo y no una vez cada diez días sacarlo al campo a correr y después durante toda la semana el perro encerrado en la casa. Eso hace que obviamente el perro que le gusta correr y andar, cuando lo llevas a un campo, una quinta corre y al otro día le duele todo" detalló para resaltar la importancia de sostener pequeñas rutinas de ejercicio, caminatas de manera diaria y no esporádicas y sin control.

De esa manera, "los músculos están entrenados y eso hace que tenga una mejor calidad de vida".

La medicina veterinaria preventiva apunta a optar por las operaciones quirúrgicas como última opción. Por eso, una buena alimentación, la deteccción temprana del diagnóstico y un entrenamiento rutinario, hacen un perro más feliz y un vínculo especial con el dueño, la dueña.

"La cirugía es el último recurso, es cuando ya no queda más nada para hacer. Hay prótesis que se ponen en la cadera, hay cirugías que liberan a la articulación para que deje de tener dolor, pero esto es el último recurso. Es cuando ya uno agotó todos los medicamentos o todo el entrenamiento, la fisioterapia. Se hace kinesiología también. En estos animales hay un montón de cosas menos traumáticas, más amigables y medicamentosa con muy buenos resultados" cerró Romero.