El dato preocupa a los pediatras: el 41 por ciento de los bebés que fallece antes del año de vida, muere en su casa, inesperadamente. La mayoría, en época invernal, cuando abundan las infecciones respiratorias. Otro dato se repite: muchos mueren por asfixia o aplastamiento porque duermen con sus papás o con sus hermanos.

Como todos los años a esta altura, cuando bajan las temperaturas y aumenta la humedad, el ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires distribuye en salas sanitarias y hospitales públicos toda la medicación para las infecciones respiratorias agudas bajas (IRAB): bronquiolitis, bronquitis y neumonías.

Los expertos en infancia de la cartera sanitaria explicaron que, si a la obstrucción nasal y bronquial que provocan las IRAB se suman: cama compartida, humo de tabaco en la casa del bebé y frazadas muy pesadas, las posibilidades de que ocurra la temida "muerte inesperada del lactante" aumentan significativamente.

Incluso, las investigaciones de la Academia Americana de Pediatría analizaron varios años el fenómeno de las muertes inesperadas y concluyeron que poner al bebé boca arriba para dormir es 20 veces más seguro que dejarlo boca abajo. Tampoco recomiendan dejarlo de costado porque resulta una posición demasiado inestable.

Durante décadas, las infecciones respiratorias como la bronquiolitis fueron una de las principales causas de muertes infantiles. "Lo que los adultos tienen que hacer es no dejarse estar: si una mamá o un papá ve que a su bebé le cuesta respirar, se le hunde la panza debajo de las costillas, no tiene hambre o se encuentra irritable, tenga o no mocos, tiene que consultar de inmediato al pediatra", dijo la directora de Maternidad e Infancia, Flavia Raineri.

Dejarse estar puede significar, nada menos, que la diferencia entre la vida y la muerte, sobre todo en los chicos menores de un año, quienes tienen menos desarrollado el sistema respiratorio y la capacidad de reaccionar ante pausas respiratorias largas.

Las investigaciones de la Academia Americana de Pediatría aseguran que la posición boca arriba "no predispone a la aspiración de un vómito, como se solía creer: al contrario, la posición boca abajo favorece la reinhalación del propio aire espirado (dióxido de carbono) y el sobrecalentamiento corporal; además entorpece los mecanismos de defensa del niño para liberar la vía aérea", precisó Estela Grad, referente del Subprograma de IRAB en la Provincia.

Preocupada por las muertes inesperadas de bebés en los domicilios, el equipo que conduce Grad realizó una encuesta a 70 familias del Conurbano donde habían ocurrido este tipo de casos. De ese sondeo se desprende que en el 51 por ciento de los casos el bebé dormía en la misma cama con los padres o con hermanos, que el 60 por ciento acostaba al chico de costado o boca abajo y que el 80 por ciento de las muertes ocurría los fines de semana (entre el viernes y el domingo) a la noche. Este último punto se asocia a un mayor consumo de alcohol, psicofármacos y tabaco en ese momento de la semana. Todo esto, explican los expertos, induce a un sueño más profundo y pesado por parte de los adultos que pone en severo riesgo de aplastamiento y asfixia a los bebés que comparten cama con sus papás.