Tony y Fabián son dos magos que llegaron a La Madrid en una sala multiespacio rodante. Su proyecto ha recorrido más de 4,000 kilómetros en su último viaje y tiene como objetivo visitar ciudades, pueblos y parajes en toda la provincia de Buenos Aires. La sala, que cuenta con 35 sillas, tiene la finalidad de llevar la magia a lugares donde las personas no suelen tener la oportunidad de ver un espectáculo de magia en vivo o asistir a un teatro.

La presencia de una sala de magia en un colectivo crea un ambiente mágico y sorprendente para el público. Los artistas señalan que la gente sube al colectivo y se olvida de que están en un transporte público. La reacción inicial de sorpresa e incredulidad es común, ya que muchos no pueden entender cómo es posible tener una sala de magia en un colectivo. Sin embargo, esta experiencia única genera emociones y reacciones diversas en el público, desde la emoción hasta la diversión y, por supuesto, la sorpresa.

Cada uno de los artistas tiene su propia historia en el mundo de la magia. Tony descubrió su pasión por la magia después de estudiar locución y trabajar en radio. Cuando vio actuar a David Copperfield, se dio cuenta de que la magia era su camino y comenzó a prepararse y estudiar magia. Fabián, por su parte, se interesó por la magia desde joven y siguió su pasión a pesar de los desafíos para acceder a material de estudio en esa época.

Además de sus actuaciones en el escenario, Fabián tiene un proyecto educativo llamado "Educando con magia", que utiliza la magia como una herramienta pedagógica para enseñar matemáticas y resolver problemas a través de juegos, charlas y talleres.

Los artistas también destacan la rica historia de la magia, que se remonta a miles de años atrás, con vestigios que datan del año 2500 antes de Cristo. La magia es un arte que sigue evolucionando, y los magos a menudo recurren a libros antiguos para descubrir y adaptar trucos clásicos. La magia trabaja con las emociones y tiene la capacidad de transportar a personas de todas las edades en el tiempo, lo que la convierte en un arte fascinante y atemporal.