Si no se trata adecuadamente, algunos tipos de esta infección de transmisión sexual pueden derivar en serias lesiones que desarrollen cáncer de cuello uterino, la segunda causa de muerte oncológica femenina, luego del cáncer de mama. Así lo advirtieron los especialistas del Instituto de Inmunooncología del doctor Ernesto Crescenti, en el marco de la semana de la lucha contra la enfermedad.

En nuestro país se diagnostican unos 3 mil nuevos casos por año de cáncer de cuello de útero, con un alto índice de mortalidad: más de 1.800 mujeres pierden la vida a raíz de la enfermedad, pese a que es uno de los más fáciles de prevenir. De acuerdo con un informe del Instituto Provincial del Cáncer, en territorio bonaerense es el que se presenta con mayor frecuencia entre la población femenina de 15 a 44 años.

María Virginia Meyorin, médica ginecóloga del Instituto Crescenti advirtió que el "VPH afecta a personas jóvenes sexualmente activas, tanto a hombres como mujeres, aunque entre ellas se da en mayor medida". Y agregó: "Se estima que el 70 por ciento de las mujeres que inicia sus relaciones sexuales adquiere una infección por VPH en algún momento de su vida, en muchos casos sin saberlo. Esto se debe a que las infecciones genitales por VPH son muy comunes y en su mayoría transitorias, ocurriendo en forma asintomática y desapareciendo sin dejar evidencias de la infección".

Cabe señalar que las clases de VPH son más de 100, y de ese total, existen alrededor de 40 tipos que afectan a la zona genital, los cuales se dividen en 2 grandes grupos: los "de bajo riesgo oncogénico" y los "de alto riesgo oncogénico", que son alrededor de 15. Los más comunes son el 16 y el 18, prevenibles con la vacuna.

Los tipos de VPH de "bajo riesgo" pueden causar verrugas genitales, que deben ser tenidas en cuenta por su alto grado de contagio. El período que transcurre desde la exposición vírica hasta la aparición de las verrugas o enfermedades cervicales es muy variable y el virus puede permanecer latente en algunas personas durante mucho tiempo. Por lo tanto, en ocasiones, no es posible determinar con exactitud cuándo se contrajo la infección.

Detección temprana

Con el diagnóstico precoz, inclusive una vez que se desarrollan las células malignas, la cura del cáncer de cuello de útero es posible en la gran mayoría de los casos. No obstante, según difundió días atrás el Instituto provincial del Cáncer, las mujeres en edad fértil se cuidan más que las mayores de 55. Es que, según sus registros, conforme avanza la edad más tarde llegan al diagnóstico de este tipo de cáncer.

"Por ejemplo, mientras que en mujeres menores de 25 años se llega a un diagnóstico temprano y oportuno en el 70 por ciento de los casos, a partir de los 55 años ese porcentaje se reduce al 10", explicó la directora del Instituto, Alejandra Fontao, al tiempo que instó a las mujeres que ya atravesaron la barrera de los 50 a no descuidar la consulta ginecológica: "Si todo sale bien, solo habrá que ir al médico una vez al año y si no, cuanto antes detectemos un problema de salud más posibilidades tendremos de salir adelante sin secuelas", señaló.

Si bien aún se producen unos 1.800 fallecimientos, Argentina se logró un notable descenso de la mortalidad por cáncer de cuello uterino entre 1960 y 1980, en especial a través de la realización sistemática del Papanicolaou. Desde 1980, la mortalidad se ha mantenido estable, aunque se observa un leve descenso desde 2000 y sigue siendo una de las tasas más bajas de Latinoamérica. En tanto, la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, elaborada por el Ministerio de Salud nacional, indicó que se ha incrementado el número de mujeres que se realizan el Pap: en 2005 el 67,5 por ciento de las mujeres entre 25 y 65 años se había accedido al estudio; mientras que en 2013, esa proporción aumentó a 71,6 por ciento.