Daniel Puertas - [email protected]

César García, abogado de Vanesa Núñez, una de las policías detenidas por la muerte de Daiana Abregú en una celda de la comisaría de Laprida, salió al cruce de la versión sobre una presunta relación entre el novio de su defendida y la víctima y sostuvo que se trata de una maniobra para "instalar un móvil" que haga creíble la hipótesis de un crimen del hecho que para él "fue un suicidio".

Ese supuesto vínculo entre la pareja de Vanesa Núñez y Daiana Abregú fue difundido por una agencia oficial de noticias y del que se hicieron eco distintos medios.

El letrado aseguró que Vanesa Núñez le aclaró al fiscal José Ignacio Calonje que ella conocía a Daiana "por habérsela cruzado en la casa de un amigo en común", donde también la conoció su pareja, que "no tenían otra relación" y que "en Laprida nos conocemos todos".

Pero instalando esa versión "tienen un móvil para el supuesto crimen", insistió García, quien reiteró sus temores sobre el impacto de toda esta situación sobre Vanesa Núñez, que "está embarazada de dos meses" y a simple vista aparece como la más comprometida en la investigación ya que estaba de imaginaria y era por lo tanto la responsable directa de la seguridad de los detenidos.

"Ya se lo planteé al fiscal. Ya lamentamos una víctima, no sea que después tengamos que lamentar dos", se alarmó el abogado, quien insistió en despegar a su clienta de toda responsabilidad en la tragedia ocurrida en la comisaría.

En ese sentido, añadió que "Vanesa no puede correr tres cuadras en su estado ¿cómo se va a fugar? Por eso pedí la excarcelación. De una causa por averiguación de causales de muerte pasamos a otra por homicidio agravado".

"Desde donde estaba Vanesa no se podía ver a la detenida. La habían ubicado en lo que se llama el locutorio, un espacio para que los detenidos puedan hablar con sus abogados. Entre las medidas de prueba que solicité están un croquis y una pericia planimétrica de la comisaria para que esto quede claro", precisó el doctor García.

En cuanto a la posible manera de ejecución del supuesto crimen, indicó que "no aparecen lesiones defensivas", por lo que es improbable que hubiera una acción directa de los policías sobre la víctima. De tal forma, pareciera quedar sólo en pie la hipótesis de la utilización de una bolsa de plástico en la cabeza de la víctima, lo que se conoce en la jerga policial como "submarino seco".

Al respecto, César García sostuvo que "esa posibilidad se viralizó a partir de un audio que circuló por las redes sociales, pero ya logramos ubicar al padre de la chica que lanzó la versión. Al interrogarlo admitió que la voz era la de su hija y aclaró que no era cierto lo que se decía. Así que para nosotros ya está todo aclarado".

En cuanto a las tres horas que pasaron entre el deceso y la información dada a los padres, García explicó que "a las 16 el médico certifica el óbito. Mi defendida y sus compañeros debieron esperar a sus superiores y después a la Policía Científica, que llegó recién a las 18. Es de imaginar como estaba Vanesa: había visto un suicidio, había tratado de reanimar a la chica y después vio como su compañero primero y el medico después hacían lo mismo. El médico también le aplicó dos electroshock sin resultado. Y después le dicen que puede perder el trabajo ¿cómo se podía sentir? La información a la familia supongo que la debió proporcionar la jefatura".

Entre las medidas de prueba solicitadas por García hay algunas tendientes a demostrar que Daiana era "una chica problemática, esto no quiere decir que sea una peor persona, pero no era la que muestran ahora los medios". Según el abogado tenía problemas de adicciones y varias causas abiertas por agresiones, daños, amenazas y allanamiento de morada.

En realidad, poco parece tener eso que ver con la investigación sobre la muerte, más allá de que podría reforzar la hipótesis sobre eventuales represalias por parte de policías.

El doctor García reiteró la existencia de un "surco de ahorcadura" en el cuello de Daiana que no aparece en el informe de la segunda autopsia porque "esa parte había sido extirpada para protegerla", pero que aparecería en un nuevo informe pericial. Puntualizó que la defensa puso un perito de parte y que él le sugirió al fiscal un careo entre los responsables de las dos autopsias.

También remarcó que "hay total coincidencia entre las declaraciones de mi defendida y los otros cuatro policías detenidos ¿cómo se podía haber acordado eso en tan poco tiempo desde las detenciones?", se preguntó César García.

Además de Vanesa Núñez los otros policías detenidos son Juliana Zelaya, Adrián Núñez, Pamela Di Bin y Leandro Fhur. Sobre ellos pesa la acusación de homicidio doblemente agravado por la comisión con alevosía y por tratarse de miembros de la fuerza de seguridad policial en abuso de sus funciones.

El caso alcanzó trascendencia nacional y se convirtió en un nuevo escándalo para la Policía Bonaerense y en bandera para organizaciones feministas. Además revivió en la memoria colectiva de la región otros cuatro casos de suicidios en la misma comisaría en unos diez años y la fama de "policía brava" de la fuerza de seguridad en Laprida y la supuesta complicidad judicial y política con los excesos policiales.

Incluso en comentarios en voz baja entre policías y vecinos se ubica a un olavarriense en el origen de esa dureza policial; el fallecido Jorge Heim, quien fue subcomisario en Laprida y, aseguran en esas charlas, hizo descender los índices delictivos con métodos no aprobados por las normas.