Mientras el conflicto armado en Gaza persiste, los enfrentamientos se han recrudecido en el sur de la Franja, con foco en la ciudad de Khan Yunis. La Media Luna Roja Palestina denuncia incursiones violentas cerca del hospital Al-Amal, resaltando la vulnerabilidad de la población civil en medio de los combates.

Se reportan bombardeos en Rafah, refugio de la mayoría de los gazatíes desplazados, y ataques en campamentos de refugiados en Maghazi y Nuseirat. Las sirenas de alerta suenan en Israel por los cohetes lanzados por Hamás, generando tensiones en ciudades como Tel-Aviv.

El balance humano es desgarrador, con más de 18,000 palestinos muertos y casi 50,000 heridos. Por el lado israelí, al menos 101 soldados han perdido la vida desde el inicio de la ofensiva. El llamado del ejército israelí a la evacuación se encuentra con la dificultad de hallar zonas seguras.

La situación humanitaria se complica aún más, con Gazatíes empujados hacia la frontera con Egipto, quien reitera su negativa a permitirles ingresar. Jordania acusa a Israel de intentar "vaciar Gaza de su población", una afirmación que Israel rechaza enérgicamente.

La respuesta internacional se manifiesta en una huelga general en Cisjordania, Líbano y Jordania. Las Fuerzas Nacionales e Islámicas llaman al cese el fuego, mientras las ciudades se paralizan en solidaridad con Gaza. La Unión Europea insta a un alto el fuego duradero y se debate sobre posibles sanciones contra Hamás.

La escalada de violencia parece no tener fin, y las próximas reuniones internacionales podrían definir el rumbo de un conflicto que ha dejado a miles de personas atrapadas en medio de la tragedia.