"Vienen de Europa y se asombran. Preguntan qué hace esta fábrica-taller en Olavarría y les explicamos que esto viene desde mi abuelo, mi papá, seguí yo y ahora están mis hijos. Yo digo que es genético, algo debe haber", admite entre risas Daniel Block, director técnico de Electrotécnica Block Hnos. S. H., marca registrada dentro y fuera del país.

La empresa hace reparación y mantenimiento de motores y equipos eléctricos de gran porte y está vinculada con la fábrica de motores "WEG", de la que es representante de sus productos y brinda asistencia técnica. Por sus manos pasan motores de subtes, trenes, barcos, gasoductos, submarinos, de la minería y el petróleo. Desde el inicio de la pandemia, fue considerada actividad esencial y por eso funciona a destiempo de otros rubros: "estamos a full, no damos abasto", admite el dueño desde el corazón del Parque Industrial.

Es un emprendimiento familiar que supera las cuatro décadas y ha crecido a pesar de las crisis. "He pasado de todo y me he fundido un par de veces", reconoce el empresario que fue tentado en varias oportunidades para mudar su taller fuera del país pero prefirió seguir dando pelea fronteras adentro.

"Está todo para hacer, falta tener plan económico consistente a largo plazo, donde estemos todos los sectores involucrados", dice mientras sueña con desempolvar la fabricación del "Motor Block", un proyecto propio que distintas gestiones de Gobierno fueron cajoneando.

La vara alta

Lejos de frenar los planes, el coronavirus les ha multiplicado el trabajo. "En marzo estuvimos 15 días sin actividad pero retomamos porque somos esenciales. Reparamos motores para funcionamiento de grandes maquinarias de toda la industria. Estamos tapados de trabajo, a full", expone Block, consciente de que constituyen una excepción en medio de esta crisis sanitaria provocada por el Covid-19.

El despegue que durante los últimos años tuvo y sostuvo a la empresa explica este presente. "Somos asistentes técnicos de las tres plantas más importantes del mundo fabricantes de motores, en el nivel de reparaciones. Eso nos puso en una vara alta- Tenemos un nombre en el país y fuera del país y recibimos muchas visitas. Nos traen máquinas que fabrican las empresas ABB, WEG y Toshiba. Somos el taller oficial en Argentina. Es lo máximo a lo que se puede aspirar", destaca Block, desde esa fábrica taller en la que también trabajan sus seis hijos.

Sin un plan

"He pasado de todo me he fundido un par de veces y logré sobrevivir en esta actividad en un país tan pendular como el nuestro. Hay tener cintura y ser expertis", argumenta Daniel Block con tono resuelto.

Lo dice y vuelve sobre la realidad económica del país tras el recambio de gobierno y con los apremios del covid a cuestas: "Estamos mal porque no tenemos una moneda. Si el cepo se sigue cerrando y se cierran importaciones, ya lo probamos muchas veces y vivimos dentro del mundo. No nos podemos salir. Necesitamos traer cosas de afuera, como el cobre que se procesa afuera y lo tenemos que importar", expone con preocupación.

Tuvo oportunidades de conocer otras experiencias, en el llamado Primer Mundo, y desde ahí tomar distancia y comparar. "Cuando salgo y recorro veo más allá de la política y en esos países la vida cotidiana funciona, independientemente de quien gobierne", expone.

Pero también puede cotejar realidades vecinas como la de Brasil. "En el sur de Jaraguá do Sul donde hay 1700 almas laburando, son pioneros. En el 67 fundaron la planta y hoy es una de las más grandes del mundo. Le presentaron plan en ministro de Economía y los ayudaron con los motores eléctricos. Allá todo se puede hacer. Hay apoyo oficial", referencia Block.

Como contrapunto, explica que "teníamos ganas de fabricar un motor y mirá que acá han estado presidentes, ministros, gobernadores... Vienen al PIO y este taller es referente de visitas. Presentamos carpetas para volver a hacer motores argentinos. El proyecto tiene 300 hojas para fabricar el Motor Block. Eso quedó en el tintero, en todas la gestiones".

"No damos abasto"

Los conocimientos adquiridos por Daniel Block provienen de las enseñanzas de su padre, dedicado por muchos años al bobinado de motores, con reconocido prestigio en el ramo y de su permanente inquietud por incrementarlos y actualizarlos.

En la actualidad son pocas las empresas en la Argentina que desarrollan esta actividad, lo que ha permitido a Block Hnos. consolidarse entre las mejores del mercado. Lamenta que en este país se desaprovechen oportunidades y todo se limite a "períodos muy cortos de bonanza y luego todo baja. Es cíclico". A eso le suma, como condicionante, la falta de mano de obra calificada.

Pero Daniel Block no duda que "necesitamos un plan económico, que haya moneda y así seríamos un pequeño satélite. No tenemos problema de no tener trabajo, que es atípico en estos momentos. Tengo 70 y quiero llegar a fabricar el motor Block".

Aspira espejarse con algunos países de Sudamérica. "Chile, Perú, Brasil y Uruguay funcionan que es un espectáculo. Todos los vecinos tienen un plan. Diez o quince pautas claras y metas que se respetan. Eso necesitamos acá para avanzar como un país serio si queremos ese legado para nuestros hijos y nietos", concluye el empresario.