En la tarde del sábado, el templo San Vicente de ciudad de Olavarría fue sede de la ceremonia de entronización de la Reliquia del beato venezolano Dr. José Gregorio Hernández, a un año de su beatificación.

La eucaristía fue presidida por el obispo de la Diócesis de Azul, monseñor Hugo Manuel Salaberry, acompañado del párroco Estanislado Fariña. En el altar se encontraban las banderas vaticana, venezolana y argentina. La entrega del Relicario al obispo Salaberry fue realizada por un grupo de niños, uno de los cuales representó al Dr. José Gregorio Hernández (para ello lució vestimenta de médico y el bigote y el sombrero característicos del beato conocido como "el médico de los pobres").

La entronización de la reliquia de primer grado (osamenta del esternón) fue gestionada por el obispo Salaberry a petición de la comunidad venezolana residente en la ciudad de Olavarría. La Reliquia reposará en el templo San Vicente, donde podrá ser visitada por todos los residentes de la ciudad y de las comunidades vecinas. 

El 30 de abril del año pasado, el Dr. José Gregorio Hernández fue beatificado por el papa Francisco en un acto que fue visto por toda Venezuela y es allí donde se decretó que el 26 de octubre es día de fiesta por el nacimiento del Dr. José Gregorio Hernández, disponiéndose la celebración de su memoria litúrgica en la misma fecha.

José Gregorio Hernández (1864-1919), o "José Gregorio" como le conocen cariñosamente sus muchos devotos se destacó por sus aportaciones al desarrollo de la medicina moderna en Venezuela, la generosidad con la que atendió a pacientes de bajos recursos y su fe religiosa. Su imagen puede encontrarse por todas partes en el país, en carteles, murales urbanos. afiches, etc. También, junto a las camas de los enfermos y las tumbas de los difuntos, para quienes sus seres queridos reclaman protección. En muchos hogares venezolanos se adornan figurillas con la imagen del doctor enfundado en un traje de chaqueta, con el bigote y el sombrero negro que todos en Venezuela reconocen al instante.

La entronizada el sábado en el templo San Vicente de Olavarría es una de las 160 reliquias con pequeñísimos fragmentos de la osamenta del beato Dr. José Gregorio Hernández que fueron confeccionadas con devoción y delicadeza por las Hermanas Siervas de Jesús, una congregación fundada por la beata, también venezolana, Madre Carmen Rendiles. Dichas reliquias han sido distribuidas dentro y fuera de Venezuela, porque la fama de santidad del futuro beato atravesó las fronteras, sobre todo, para pedir su intervención milagrosa en los quebrantos de salud, en las tribulaciones de la enfermedad y cuando la muerte acecha.