Durante una reunión en Pekín, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, transmitió un claro mensaje al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken: China no tolerará que se crucen sus "líneas rojas".

Wang hizo hincapié en que Estados Unidos debe abstenerse de interferir en los asuntos internos de China, así como de suprimir su desarrollo y desafiar su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo.

Aunque las relaciones entre ambas potencias están comenzando a estabilizarse, Wang señaló que todavía enfrentan desafíos debido a "factores negativos" que se intensifican y escalan.

A pesar de no especificar los temas exactos que constituyen las "líneas rojas" o los desafíos, es evidente que existen importantes diferencias en asuntos como la soberanía en el Mar de China Meridional, el apoyo de EE.UU. a Taiwán y preocupaciones sobre los derechos humanos en China.

Por su parte, Blinken abogó por un enfoque de "diplomacia activa" para desarrollar las relaciones bilaterales, aunque también enfatizó la necesidad de abordar de manera clara y directa las diferencias para evitar malentendidos.

La reunión entre Wang y Blinken se produce en un momento de tensiones entre ambos países, destacadas por la aprobación por parte de Estados Unidos de un paquete de ayuda a Taiwán y la reciente aprobación de una ley que podría prohibir a TikTok operar en su territorio si no se vende a una empresa estadounidense.

A pesar de los desacuerdos, ambas partes expresaron la importancia de mejorar el diálogo y la diplomacia entre las dos naciones, citando el respeto mutuo y la cooperación como principios básicos para una relación constructiva. La visita de Blinken a China, seguida de su reunión con el presidente Xi Jinping, es un paso clave en estos esfuerzos de mejora de las relaciones bilaterales.