Durante la mañana del último miércoles, en el Salón Blanco del Palacio Municipal, se llevó a cabo una ponencia de Gabriela Mansilla la mamá de Luana (Lulú), la primera niña en el mundo en recibir su DNI acorde a su identidad de género sin pasar por la Justicia.

Fue una cruda charla donde contó parte de su historia e hizo hincapié en la situación actual en materia de derechos para las infancias trans. En ese sentido insistió que la sociedad "tiene la responsabilidad de acompañar a las niñeces" y subrayó que "es momento de modificar "la mochila cultural" respecto a la temática. 

La propuesta fue organizada de manera conjunta por el Area de Género, la Secretaría de Desarrollo, el CPA y Suteba de La Madrid se enmarcó en un proyecto conjunto con el propósito de buscar, compartir y adquirir herramientas para el trabajo en las instituciones educativas sobre la ESI, aunque también estuvo abierta al público. 

Mansilla recalcó la importancia de la ley, pero advirtió que "no se conoce y no se aplica" por eso recomendó "dejar de repetir estructuras obsoletas".

Mansilla habló sobre la realidad que viven las infancias trans y si bien destacó el avance de la legislación, sostuvo que "todavía falta porque se atiende lo emergente y lo urgente". En esa línea insistió en la importancia del acompañamiento del Estado pero subrayó que "la sociedad debe hacer una revisión hacia adentro de quiénes somos". 

En otro pasaje contó que la película "Yo nena, yo princesa", que cuenta la historia de "Lulú", su hija, "es una herramienta" para contar cómo vivió la familia.

Por otra parte sostuvo que "hay que ampliar las cabezas" y "revisar y revisionar" los parámetros culturales. En ese sentido apuntó que "constantemente se replican cuestiones que se suponen que son del orden natural cuando en realidad son del orden cultural", por eso planteó que "hay que amar, respetar y escuchar para aprender".

Buscar respuestas y seguir

Luego de la charla, Gabriela Mansilla accedió a hablar en exclusiva con EL POPULAR sobre cómo continúa con su labor a pasar de que en muchas ocasiones encuentra respuestas negativas por parte de la sociedad y el Estado. 

"¿Cómo hago para seguir? Es que le miro la cara a mi hija y le debo una respuesta como mamá y le debo una sociedad más justa, y voy a hacer todo lo posible para conseguirlo. Me voy a quedar en el intento un montón de veces, no está bueno chocar todo el tiempo con negativas y frustraciones, pero tengo la obligación de hacerlo porque es parte de la educación que quiero darle", respondió. 

"Todas las personas deben asumir la responsabilidad que tienen con sus hijes (sic) y con la sociedad de la cual son parte... porque la humanidad está como está no porque es solo uno solo, sino que la hacemos nosotros", señaló a continuación.

"Yo le debo una respuesta todos los días a mi hija y no quiero que solo ella sea una mejor persona, yo también quiero serlo", apuntó.

"Lo revolucionario, lo político de esto es que no es sólo para Luana, sino para todos. Si ella es feliz las demás niñeces también van a serlo. Esto es colectivo, es una lucha para todas las personas. Dando una respuesta a una niñez estás haciendo que los demás asuman la responsabilidad y les den una respuesta", concluyó Gabriela Mansilla.