"Esto es algo que no tiene fin, yo sigo esperando", menciona Graciela en una comunicación telefónica. Luego de que fuera sobreseído en el año 2014 uno de los sospechados por el homicidio de Mara, fueron constantes los pedidos de justicia que su mamá ha hecho en distintos sectores. Tanto en marchas públicas, en las que acompañó a víctimas y familiares de víctimas, como a funcionarios de las órbitas municipal, provincial y nacional, pero nunca llegó a las respuestas que esperaba.

"Fue el regalo de mi cumpleaños", recuerda Graciela sobre el día que nació Mara, en el año 1987. En dos días Graciela celebrará un año más de vida. Gracias a su incasable lucha la historia de su hijo es conocida por cada vecino de nuestra ciudad, y también saben que el crimen sigue impune.

"Donde puedo participar participo, porque siento que ahí está él", refirió sobre las actividades a las que concurre. El mes pasado, por ejemplo, estuvo en un acto por el Día del Orgullo LGTTTBIQ que se hizo en la plaza Aguado. A veces también se acerca al monolito ubicado en el acceso a Olavarría por la avenida Pringles, para limpiarlo y sacar los pastos.

Al ser consultada sobre cómo está hoy, no dudó en expresar que "estoy siempre con el mismo dolor pero no pienso bajar los brazos nunca porque no he tenido justicia por él. Si tuviera justicia me sentiría un poco más aliviada".

Su compañía diaria son sus nietos y bisnietos, quienes la acompañan hoy como en ese momento lo hacía Mara. "Hacíamos muchas cosas juntos, compartíamos el mate. Tengo muchos recuerdos lindos y mucha gente que lo quiso. Cada vez que entraba a mi casa iba derecho a la habitación de él", comentó Graciela. Poco a poco fue regalando y donando ropas y otras pertenencias de Mara, pero algunas cosas, como su cama, decidió que se las va a quedar.

Mara Navarro desapareció el 28 de octubre de 2004, y sus restos los encontraron el 26 de abril de 2005. Como dijo Graciela, le entregaron menos del 10 por ciento de los huesos, porque pocos días antes del hallazgo una máquina topadora arrasó con todo. En varias oportunidades pidió que le entregaran la ropa que llevaba Mara el día que desapareció, pero tampoco sobre este sencillo pedido tuvo las respuestas que la Justicia debe darle.

Hace tiempo que la causa está sin cambios, y con una víctima por la que nunca se hizo justicia. Hoy en día Graciela no entiende ni sabe por qué mataron a su hijo y aún menos por qué hicieron desaparecer sus restos. A pesar de que hay muchas más dudas que certezas, la lucha de esta madre se mantiene firme.