Debieron pasar décadas para justificarlo, y un largo proceso que abarcó desde su idea, un prolijo diseño y la recaudación de fondos que se aproximaron a los casi 400 millones de dólares para su construcción, con una inauguración prevista para diciembre de 2019.

Pero fue allí cuando sonó la alarma: primero los imponderables de último momento y de golpe la pandemia del Covid-19, que primero puso las barbas en remojo y poco después la postergación de la inauguración para un casi seguro 30 de septiembre de 2021, previendo que para entonces el tema estaría bajo control.

La construcción que se recorta en lo alto de Los Angeles, ubicada en Wilshire Boulevard y Fairfax Avenue, combina dos edificios contrastantes: el reciclado y ampliado edificio de la que fue tienda departamental May Company, ahora conocido como Saban Building, una estructura emblemática de estilo aerodinámico (o "streamline moderne") de 1939 con el segundo que esuna gran esfera parecida a un centro espacial y recuerda obras como "2001" o "Star Wars.

El diseño estuvo en manos del estudio comandado por el veterano arquitecto genovés Renzo Piano (84 años), uno de los principales responsables del Centro Pompidou de París, en colaboración con el estudio fundado por su colega Art Gensler, mientras que los interiores se deben a los diseñadores de exposiciones WHY Architecture.

Tras cinco días de preinauguraciones parciales, la primera el 25 que contó con Sophia Loren, Cher, Tom Hanks, Lady Gaga, Eva Longoria, Warren Beatty, Halle Berry, Orlando Bloom, Diego Boneta, Alejandro González Iñárritu, Michael Keaton, Nicole Kidman, Christopher Nolan y agasajos para sponsors e invitados especiales, con donaciones múltiples desde las más millonarias hasta las modestas, incluso por debajo de 1.000 dólares, el jueves pasado abrió sus puertas. Télam