El Ejército de Israel ha intensificado sus ataques en el sur del Líbano, en medio de una creciente tensión provocada por la explosión de dispositivos de comunicación de Hezbollah. Ante esta escalada, Estados Unidos y Reino Unido han instado a Israel a actuar con moderación. La Casa Blanca ha pedido una solución diplomática al conflicto en Medio Oriente, mientras que el Reino Unido ha solicitado un alto el fuego urgente entre Israel y Hezbollah.

Karine Jean-Pierre, portavoz de la Casa Blanca, expresó que Estados Unidos está "asustado y preocupado" por una posible escalada. David Lammy, del Foreign Office, advirtió que la situación en el Líbano "puede deteriorarse rápidamente". En este contexto, el ministerio británico de Asuntos Exteriores ha aconsejado a sus ciudadanos en el Líbano que regresen a casa a través de vuelos comerciales "mientras estén disponibles". Lammy también se comunicó con el primer ministro libanés, Najib Mikati, para expresar su "preocupación por la creciente tensión y la muerte de civiles", destacando la necesidad de una solución negociada para restablecer la estabilidad a lo largo de la Línea Azul, establecida por la ONU para separar a ambos países.

El intenso bombardeo israelí siguió a ataques atribuidos a Líbano y Hezbollah que causaron la detonación de radios y localizadores, resultando en la muerte de 37 personas y heridas a aproximadamente 3.000.