Brasilia.  Luiz Inácio Lula da Silva

Un tribunal de primera instancia de Curitiba (sur) estimó que el ex mandatario de izquierda (2003-2010), de 73 años, se había beneficiado de reformas en una hacienda en Atibaia (interior de Sao Paulo) ofrecidas por constructoras, a cambio de su mediación para obtener contratos en Petrobras.

La magistrada Gabriela Hardt estimó en su sentencia que "la culpabilidad [de Lula] es elevada", pues "recibió ventajas indebidas en función de su cargo de presidente de la República, de quien se exige un comportamiento ejemplar".

La condena se dio en el marco de la Operación Lava Jato (lavadero de autos), que desde 2014 inculpó o enjuició a decenas de empresarios y políticos de primer plano, relacionados con una red de sobornos centrada en la petrolera estatal.

Lula enfrenta varias otras causas penales, pero se declara inocente en todas y denuncia una conspiración político-judicial para impedir que el Partido de los Trabajadores (PT), del cual fue cofundador en 1980, vuelva al poder.

Las penas de prisión en Brasil son acumulables, pero en total no pueden exceder los 30 años.

La noticia, con un retrato de Lula, fue tuiteada por el presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro, quien durante la campaña prometió que, de ser electo, el exlíder sindical iba a "pudrirse en prisión".

La presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, denunció la sentencia. "La persecución de Lula no para", afirmó.

A perseguição a Lula não para. Uma segunda condenação a jato foi proferida, exatamente quando cresce a possibilidade de Lula ser Nobel da Paz. Na memória do povo e na história, Lula será sempre maior do que seus carrascos#LulaLivre

- Gleisi Lula Hoffmann (@gleisi) 6 de febrero de 2019

La primera sentencia de cárcel para Lula llegó en julio de 2017, cuando el por entonces juez Sergio Moro le condenó a nueve años y medio de prisión por corrupción pasiva y blanqueo de dinero. El ahora ministro de Justicia de Bolsonaro, le consideró beneficiario de un apartamento en un balneario paulista ofrecido por la constructora OAS a cambio de su mediación para obtener contratos en Petrobras.

En enero del año siguiente, un tribunal de segunda instancia elevó la pena a doce años y un mes de reclusión, que Lula comenzó a cumplir el pasado abril.