La corrupción es por desgracia un fenómeno mundial. Hay incluso jefes de Estado que se encuentran en la cárcel por ello", aseveró en una entrevista con el diario italiano Il Messaggero.

El Papa advirtió que "el corrupto no tiene amigos, sólo cómplices" y, pese a reivindicar la función política, sostuvo que "si no hay servicio en la base, no se puede entender la identidad de la política".

"No digo que sean todos corruptos, pero creo que sea difícil permanecer honestos en política. A veces es como si algunas personas estuvieran fagocitados por un fenómeno endémico, a diferentes niveles, transversal", subrayó.