El rover Perseverance de la NASA aterrizó con éxito en la superficie de Marte
El nuevo rover Perserverance aterrizó en Marte este jueves, tras casi 470 millones de kilómetros recorridos por el espacio desde su despegue en Cabo Cañaveral, Florida, a fines de julio de 2020.
El largo y solitario traslado que el Perseverance inició siete meses atrás culminó este jueves cuando tocó tierra en el cráter Jezero y envió su primera imagen de la superficie marciana.
El Perseverance atravesó la delgada atmósfera de Marte a una velocidad de más de 19.000 km/h y logró reducir la velocidad en 7 minutos para descender con éxito, minutos en los que el rover se separó de la nave que lo transportó y desplegó un "paracaídas supersónico".
"En el momento del aterrizaje, Marte estará a 204 millones de kilómetros de la Tierra", recordó este jueves la NASA en una entrada en el blog dedicado a esta misión.
Perseverance se convirtió así en el quinto de estos vehículos que explora el planeta vecino. Concretamente, el rover, de 6 ruedas, cerca 3 metros de largo y de 1.025 kilogramos, rastreará signos de vida microbiana antigua en Marte, recolectará y almacenará rocas y regolitos marcianos (roca y polvo) para que futuras misiones los traigan a la Tierra.
Para tocar la superficie de Marte y llevar a cabo su trabajo científico, el robot debía sobrevivir a la desgarradora fase final conocida como Entrada, Descenso y Aterrizaje. Los científicos de la NASA la denominan como los "siete minutos de terror".
El ingeniero argentino Miguel San Martín, que tuvo un rol preponderante en el descenso de otros vehículos robóticos en Marte como el Sojourner, Spirit y Opportunity, explicó a Infobae cómo eran esos 7 minutos "de terror" que lleva depositar al robot en tierra.
"Son los 7 minutos que transcurren entre el momento en que el vehículo entra en la atmósfera a una velocidad de 20 mil Km/h y, en sólo 7 minutos, un sistema totalmente automático, tiene que hacer que llegue a la superficie de Marte a cero de velocidad", precisó el ingeniero que hoy es consultor en la NASA.
"Hay una cantidad de dispositivos pirotécnicos que tienen que ocurrir para que se separen las diferentes partes. El radar tiene que encontrar la superficie, hacer las mediciones, la velocidad, todo debe hacerse en forma perfecta. El terror viene a raíz de que no lo podemos probar en la Tierra. Por eso es que le llamamos ''de terror'', porque si nos olvidamos de un detalle ínfimo, no importa si el 99,9% lo hicimos bien, ese 0,1% en que ''le pifiamos'' termina en fracaso total. Por eso es el terror, porque no hay lugar para el error", completó el experto en descenso de robots en otros mundos.
"Con solo mirar eso y pensar en aterrizar, realmente me fluye la sangre. Debido al tiempo que tardan las señales de radio en regresar desde Marte hasta la Tierra, Perseverance tiene que hacer todo esto por su cuenta. No podemos ayudarla", dijo Al Chen, líder de entrada, descenso y aterrizaje de la NASA en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) en California.
Fuente: Infobae.com.ar