El martes 5 de noviembre se celebrarán elecciones en Estados Unidos, con Donald Trump y Kamala Harris como principales candidatos a la presidencia. La contienda por el Poder Ejecutivo se produce en un contexto interesante a nivel internacional, donde la potencia norteamericana ha asumido numerosos compromisos de política exterior. El mundo es escenario de múltiples conflictos que suponen un desafío para el principal hegemón y su proyección de poder. Por ese motivo, resulta de vital importancia preguntarnos qué podemos esperar de los liderazgos de Trump y Harris en una situación de alta incertidumbre.

El año 2024 fue (y continuará siendo) inmensamente importante en términos políticos. Las democracias más pobladas e influyentes del mundo celebraron elecciones, dando lugar a potenciales cambios en las alianzas del sistema internacional. Asimismo, los conflictos armados en Ucrania y Gaza parecen prolongarse sin un final próximo. Es en este contexto desafiante que Trump y Harris se disputan la presidencia estadounidense, generando expectativas y dudas respecto al rumbo que tomará la política exterior del país. Ambos candidatos poseen visiones disímiles sobre el papel que debe ocupar Estados Unidos en el mundo. 

En primer lugar, es posible suponer que Kamala Harris continuará con los lineamientos de política exterior del actual presidente demócrata, Joe Biden. De esta manera, podríamos esperar que Estados Unidos prolongue su apoyo a Ucrania para contrarrestar el accionar ruso. La candidata demócrata ha expresado en numerosas ocasiones su apoyo al fortalecimiento de la OTAN. Asimismo, una potencial administración Harris buscaría acrecentar la presencia estadounidense en Asia para limitar la influencia de China en el Pacífico. Aquello podría implicar la construcción de nuevas alianzas en la región con motivos de seguridad. Sin embargo, no resulta claro que vaya a existir una continuidad entre Biden y Harris respecto al conflicto en la Franja de Gaza. En múltiples instancias, la vicepresidenta demócrata se ha distanciado de la postura de su administración y emitido críticas al accionar israelí. Durante el debate presidencial del 10 de septiembre, Harris sostuvo la necesidad de negociar un alto al fuego inmediato para detener el asesinato de civiles. Asimismo, declaró que el fin del conflicto requiere de la aplicación de una solución de dos estados.

Por otro lado, Donald Trump sostiene una visión diferente respecto al rol que su país debe ocupar en el mundo. En ese sentido, es posible suponer que la estrategia de política exterior del candidato republicano se asemejará a la que mantuvo durante su mandato entre 2016 y 2020. Aquello implicaría una reducción de los compromisos asumidos por Estados Unidos durante la administración Biden. Específicamente, Trump ha criticado la magnitud de los fondos dedicados por el gobierno demócrata a la guerra en Ucrania. Durante el debate, sostuvo la necesidad de alcanzar un acuerdo para terminar con el conflicto y evitar el agravamiento de las tensiones en el continente europeo. De esta manera, es posible argumentar que el ex presidente republicano resultaría un interlocutor menos hostil hacia Rusia que la candidata demócrata.

Kamala Harris y Donald Trump se enfrentarán en las urnas el 5 de noviembre de 2024

Harris aboga por el fortalecimiento del sistema de alianzas a fin de expandir los valores e intereses norteamericanos. Considera que Estados Unidos debe afianzar su posición de liderazgo y profundizar su compromiso con un orden internacional basado en reglas e instituciones. Contrariamente, Trump opina que exceder el alcance de los compromisos estadounidenses aumenta el potencial de conflicto y pone en riesgo la seguridad nacional. Por lo tanto, entiende necesario mantener únicamente los acuerdos que implican un beneficio tangible para Estados Unidos y sus habitantes. El resultado de las elecciones determinará un nuevo líder en el país norteamericano y, consecuentemente, el rumbo que tomará la política exterior.